A manera de anécdota, años atrás tuve a un ex jefe, ya mayor, el cual no estuvo de acuerdo mi estilo de vestimenta. Él es una persona que cuida mucho su imagen y siempre se le veía muy intachable.
Mi amigo y yo trabajábamos de manera indirecta con él y lo veíamos como una persona inaccesible. Un día nos invitó a almorzar, situación que nos generó sorpresa y a la vez accedimos.
Ya en el centro comercial nos condujo a la tienda de ropa y le pidió de manera muy enérgica al vendedor que nos asesorara en nuestra manera de vestir, ya que, para él, vestíamos como pordioseros.
Su particular solicitud causó mucha risa, pero en el fondo estábamos muy avergonzados por el momento bochornoso. Esta situación hizo que nos compráramos ropa de estilo corporativo, tres juegos de terno en mi caso.
Este cambio de imagen fue motivo para convertirme en asistente personal, luego él personalmente tramitó un aumento en mi salario y a rodearme en otra esfera profesional.
Por lo tanto, en determinados círculos la imagen es muy importante, sobre todo, si tienes contacto directo con gente que cuida mucho su imagen y, si uno sigue insistiendo en el estilo desalineado, nuestra posibilidad de escalar a ciertas posiciones laborales, sólo será un sueño.
Así que los invito a cambiar de actitud y no actuar de manera reactiva, muchas veces nuestra juventud es muy obstinada e insolente.
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