- Cada marca se encuentra ubicada en un entorno particular juntos con otras marcas. Dicho entorno estará determinado por el panorama de negocios y las tendencias a las que se suscribe la marca. Por ejemplo, si se se trata de innovar o mantener una tradición, si se busca la conservación del medio ambiente o se enfoca al consumo masivo.
- Dónde se ubica nuestro producto y qué están buscando nuestras audiencias, son preguntas que ayudarán a determinar en qué entorno convive y funciona la marca.
- Así mismo realizar un Mood Board es útil para discernir qué imágenes y qué tendencias identifican a la marca y, de esta manera, saber qué sectores circundan la misma.
- En este sentido, cada sector está conformado por diversas marcas de distintas jerarquías y niveles las cuales, a pesar de que quizás no representen una competencia directa, sí es importante seguirlas de cerca para saber a qué tendencias y comportamientos está suscribiendo nuestra marca.
- Una vez definido el entorno real, marcas circundantes y competidores, hay que tener en cuenta la ley de reemplazo, que establece que los consumidores no cambian de marca únicamente por los mismos productos, sino que pueden reemplazarlos por productos de otras categorías.
- Esto responde a la mutabilidad de las personas, quienes a lo largo del tiempo van cambiando sus gustos, sus intereses y cómo se conciben a sí mismas.
- Esto significa para la marca que puede que su competencia no sólo provenga de su entorno más cercano, sino también de otros sectores.
- Por último, es fundamental identificar las amenazas, qué marcas predominan, cuáles se encuentran rezagadas y por qué. Así mismo qué oportunidades se tienen, qué hueco hay en nuestro entorno y ofrecer a nuestra audiencia lo que todavía no se les ha ofrecido.
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