Manejar conversaciones difíciles
Preparar la conversación. Para poder llevar adelante conversaciones difíciles, se necesita prepararse internamente.
Ser asertivos. La serenidad y tranquilidad de la primera clave son una condición esencial para poder ser más asertivos y lograr así, encontrar el tono justo de la conversación.
Hacer foco en el resultado. Además, al estar tranquilos, es posible enfocarse internamente en el objetivo final de lo que se quiere transmitir, y, desde allí, articular todo el proceso de comunicación.
Plantear escenarios alternativos. Buscar un plan A, B y C permitirá moverse entre las distintas opciones, en el necesario proceso de negociación de aspectos claves
Hacerse cargo de la comunicación. Es muy importante que en todo momento podamos apoderarnos de la comunicación.
Chequear lo que interpretamos y si nos han entendido. Durante conversaciones difíciles tendemos a dar por sentado que lo que estamos diciendo ha sido efectivamente recibido, sin ningún tipo de distorsión.
Recapitular por partes para sacar conclusiones. Es aconsejable ir pasando en limpio todo el tiempo los pequeños pasos que se van dando durante la conversación, porque es frecuente olvidarse de retomar y dejar en claro cada punto.
Formalizar el acuerdo. Si el tema difícil lo requiere, hay que dar por finalizada la conversación con un acuerdo de partes, donde se registre, por escrito -no verbalmente- todo lo que se ha acordado.
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