El espectador es quien determina lo que se consume. Nosotros debemos pensar en donde, cuando y en qué dispositivo lo consume para orientar los esfuerzos de producción a satisfacer esas necesidades.
El espectador puede ser audiencia o público objetivo y ello determinará el hilo narrativo de la experiencia audiovisual.
El espectador pertenece a la audiencia que puede incluir al público objetivo pero el público objetivo puede no pertenecer a la audiencia y esto debemos tenerlo en cuenta para direccionar los esfuerzos de distribución del contenido.
Si nuestro público objetivo (ej: personas de 65 años) no pertenece a la audiencia que tenemos en nuestro instagram, sería poco efectivo distribuirlo en esta red social, pues no le llegaría a nuestro público.
Si nuestra audiencia en un blog son mujeres de 20 a 50 años y nuestro público objetivo son mujeres de de 25 a 35 años podremos subir material audiovisual al blog con el objetivo de informar a nuestro público y al mismo tiempo llamar la atención de nuestra audiencia sobre el tema que publiquemos.
Recordarlo:
El contenido audiovisual tiene como objetivo al espectador y sus necesidades (bien sean reales o provocadas).
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