A lo largo de nuestras vidas como hombres, a menudo nos encontramos en constantes competencias. Estas pueden manifestarse, por ejemplo, en cuántas mujeres hemos conquistado, a veces, incluso si no es verdad o si no estamos realmente listos para entrar en una relación.
Esta competitividad se convierte en un elemento de orgullo y valor para nosotros como hombres, sin importar la realidad de la situación.
¿La intimidación es una señal de dominio masculino?
Más allá de la mera competitividad, algunos hombres utilizan tácticas de intimidación y menosprecio hacia otros para mostrar su supremacía. A veces, esta necesidad de demostrar dominio llega a los límites de la agresión.
Se puede cruzar la línea entre la sana rivalidad y la violencia, todo en un intento por demostrar control sobre los demás.
¿Esconder gustos personales es parte de la masculinidad?
De manera interesante, la masculinidad incluye a veces esconder los gustos personales. Por temor a ser etiquetados como "femeninos", los hombres pueden atribuirse gustos que no son realmente los suyos.
Esto demuestra hasta qué punto algunos hombres están dispuestos a ir para cumplir con los estereotipos impuestos por la sociedad de lo que significa ser "masculino".
¿Los hombres esconden sus sentimientos heridos?
La frontera emocional que muchos hombres ponen es evidente cuando miramos las estadísticas: los hombres son menos propensos que las mujeres a expresar sus sentimientos abiertamente. Ellos afrontan la presión de no mostrar vulnerabilidad emocional y sufrir en silencio.
Una práctica que se ha vuelto común en el contexto actual es la de, en palabras coloquiales, "no dejarse mandilonear" delante de los amigos.
Esto se traduce en demostrar siempre a nuestros pares que somos nosotros los que dirigimos nuestras relaciones. Este es un último ejemplo de cómo las expectativas sociales y los estereotipos pueden influir en la forma en que los hombres piensan y actúan.
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