El miedo es una emoción que actúa como alarma biológica y nos ayuda a detectar el peligro y responder a este de manera acorde.
Asimismo, el miedo proviene de la forma adaptativa de la emoción, que significa que nuestros organismos generaron emociones para garantizar la supervivencia.
Entre los signos corporales más frecuentes del miedo se encuentran el aumento de la presión arterial, la sudoración, el incremento de la tensión muscular y la dilatación de las pupilas.
¿Por qué no sentimos miedo a las mismas cosas?
Los hongos venenosos son más mortales que las arañas. Sin embargo, la gente suele temer más a estas últimas. ¿Por qué? Porque los miedos pueden aparecer con base en 3 factores presentes en nuestras experiencias de vida:
- Haber vivido un mal episodio donde el objeto del temor estaba presente.
- Haber presenciado el momento en el que alguien sufrió esa experiencia adversa.
- Tener noticias de lo que podría pasar si te encontraras en cierta situación desafortunada.
Modelo de la vulnerabilidad cognitiva
Los miedos también pueden aparecer, de manera intensa, cuando se está en un estado de vulnerabilidad cognitiva.
El investigador Jason Armfield, en 2014, propuso que para llegar a ese estado debe haber un estímulo que tenga presentes 4 elementos:
- Peligroso: el estímulo debe presentar un potencial de daño.
- Asqueroso: puede generar una sensación de malestar, asco o repugnancia.
- Impredecible: no se sabe cuándo va a aparecer el estímulo ni cuánto tiempo va a durar.
- Incontrolable: se debe creer que no se tiene control sobre el estímulo.
Respuestas frente al miedo
Hay tres posibles respuestas frente al miedo: luchar, huir o congelarnos.
Observa cómo respondes ante ciertas situaciones cotidianas. Podrías descubrir que hay ciertos miedos que deben ser atendidos. Pero, ¿cómo atendemos un miedo?
Técnica para tratar el miedo
Una alternativa común para tratar el miedo es la técnica de la peor fantasía. Esta consiste en exponerse, de manera consciente y voluntaria, al objeto o la situación que genera el sentimiento de miedo, en intervalos diarios y de manera progresiva.
El nombre real de esta técnica es “exposición con prevención de respuesta”.
Recuerda que es completamente natural tener miedo. Este sentimiento nos ha hecho sobrevivir como especie. Por eso, ¡acepta tus miedos y no temas enfrentarlos!
Contribución creada con los aportes de Luis Alberto Piñón Flores y Ciro Villafraz.
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