Sesgo de Género en la Literatura y su Impacto Cultural

Clase 10 de 15Curso para Entender el Feminismo

Resumen

Pocos nombres de mujeres se reflejan en los libros. En México, después de la primaria, los estudiantes habrán leído al menos 12 textos de mujeres y 34 de hombres.

¿Por qué es importante? Porque solo una parte de la población describe la vida desde su perspectiva (reflejando el androcentrismo), cuestionando el conocimiento y los sesgos. ¿Dónde están las mujeres? ¿Cuál es su visión del mundo si solo los hombres escriben?

Todo lo que escuchamos y vemos nos moldea como personas, pero a veces es difícil recibir conocimiento si es cerrado. Los hombres se escriben a sí mismos como creativos, mostrando sus intereses, y es ahí donde se encuentra un sesgo.

Sin voz femenina

Hay una perspectiva narrada de mujeres que parecen ser mujeres, pero no lo son. Los cuentos y los clásicos que nos formaron carecen de voz femenina. ¿Recuerdas la historia de La Bella y la Bestia? ¿Blancanieves? ¿Algún autor que hayas estudiado en tus años de primaria? A nivel mundial, el 75% de los libros son reseñados y editados por hombres (la mirada siempre se centra en lo que el hombre escribe y describe).

Solo 17 mujeres han recibido el Premio Nobel de Literatura en comparación con los hombres. Los hombres no nos leen; cuando una mujer publica un libro, solo el 19% de sus lectores son hombres y el 81% son mujeres.

¿Por qué es importante?

Históricamente, las mujeres han hecho grandes esfuerzos para ingresar a todos los campos educativos y otras áreas. Recuerda que existe un rezago educativo histórico, y a lo largo de los tiempos las mujeres han luchado por superarlo. En 1893, en España, María Goyri se convirtió en la primera mujer en obtener un título en filosofía y letras.

Antes, para las mujeres escribir era un desafío, ya que no era su papel asignado. Sin embargo, algunas mujeres escribían bajo seudónimos e incluso publicaban en nombre de sus esposos. Aquí hay ejemplos de mujeres que utilizaron seudónimos:

Contribución creada con los aportes de: Angie Espinoza