Las casas de cambio son instituciones financieras que se dedican a comprar y vender divisas extranjeras, así como también a ofrecer otros servicios relacionados con el cambio de moneda. Estas instituciones pueden ser tanto privadas como públicas y su principal objetivo es proporcionar un mercado para que los clientes puedan cambiar una moneda por otra.
Por otro lado, los bancos centrales son instituciones gubernamentales que tienen como función principal controlar y regular la política monetaria de un país. Esto incluye la emisión de moneda, la supervisión de los bancos comerciales, el control de las tasas de interés y la gestión de las reservas internacionales. Además, los bancos centrales también pueden actuar como prestamistas de último recurso para los bancos comerciales y otras instituciones financieras en situaciones de crisis.
Resumiendo, mientras que las casas de cambio se enfocan en el cambio de moneda extranjera para los clientes, los bancos centrales se encargan de regular la política monetaria y financiera de un país.
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