Esquemáticamente, lo podríamos representar de la siguiente manera:

Como podemos ver, la meta se deriva en objetivos, éstos en OKR (resultados clave de los objetivos), luego siguen las funcionalidades, características funcionales u operatividad.
Cada una de estas va a ser llevada a cabo por tareas concretas y riesgos potenciales.
Veamos cada uno de estos puntos destacados brevemente.
OBJETIVO: Es el resultado que queremos lograr. Es específico, medible, realista, alcanzable y con un tiempo definido. Si no reúne estas características será una idea, un deseo o un anhelo. Para poder trabajarlo al máximo necesitamos este grado de especificidad.
Recuerda que resolver intuitivamente, sólo demora los tiempos y diluye los esfuerzo
OKR (Objectives & Key Results o Objetivos y Resultados Clave): Son fracciones del objetivo anterior que en su sumatoria permiten alcanzar un objetivo. Se recomienda que no haya más de 5 OKRs por objetivo pues sería muy difícil de abordar. En su expresión cuentan con características concretas de los resultados a alcanzar. Ejemplos: Aumentar un 50% las ventas, lograr 5000 nuevos suscriptores, descender la grasa corporal un 5%.
TAREAS: Son las acciones concretas realizadas en un tiempo definido que al concluirlas todas, completarán el resultado clave trabajado. Responden a la pregunta ¿Qué tengo que hacer para lograrlo? La respuesta tiene que ser sencilla y de corto tiempo de ejecución. Si una tarea resulta muy compleja, es conveniente dividirla en pequeñas tareas.
RIESGOS: Todo proyecto conlleva sus riesgos pues partimos de una hipótesis que se puede validar, modificar o refutar. Estos riesgos estarán presenten en todos los niveles del proyecto. Por cuestiones de estimación, buscaremos los riesgos potenciales de cada funcionalidad y los tendremos en cuenta para minimizar el impacto en caso de que ocurran o anticiparnos lo suficiente para que no tengan opción de aparecer. Si bien existen metodologías para esto, nosotros lo realizaremos de manera empírica e intuitiva para simplificar el trabajo.
Este sería el esquema completo si a cada objetivo, le asignamos 3 OKR con 3 tareas (Ilustración 1).
Cuando comenzamos a desplegar las ramificaciones del proyecto, se vuelve algo complejo de manejar y abrumador. Es por eso que pasaremos del diagrama completo a “comernos el elefante de a pedacitos” (Ilustración 2)
Sería imposible de planificar y de anticipar absolutamente todo lo que vamos a tener que hacer. Si en nuestro proyecto podemos hacerlo, entonces, el formato de trabajo que estamos desarrollando podrá ser ampliamente simplificado.
Ilustración 1

Ilustración 2

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