¿Qué son las fases del sueño y cómo nos afectan?
Durante la noche atravesamos entre 4 y 5 ciclos de sueño, cada uno dividido en diferentes fases que duran entre 70 y 120 minutos. Estas fases se repiten de manera continua hasta que despertamos, asegurando que nuestro cuerpo y mente se beneficien de una recuperación completa. Comprender estas fases puede mejorar significativamente la calidad de nuestro descanso y, por ende, nuestra bienestar diario.
¿Cuáles son los tipos principales de sueño?
Existen dos tipos principales de sueño:
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Sueño REM (Rapid Eye Movement o movimientos oculares rápidos): Es la fase en la que los sueños son más vívidos y nuestra mente se adentra en situaciones a menudo ilógicas, pero intensas. Durante esta fase, los músculos de las extremidades se paralizan temporalmente para evitar que actuemos nuestros sueños.
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Sueño NREM (Non-Rapid Eye Movement o sin movimientos oculares rápidos): Se caracteriza por etapas de sueño más ligero y profundo. Estas incluyen:
- N1 y N2: Fases de sueño ligero, donde comenzamos a dormirnos. La primera es una transición rápida de la vigilia al sueño ligero, que toma de 1 a 7 minutos.
- N3: Fase de sueño profundo. Aquí aumentan las ondas lentas y de alto voltaje, señal de que el cerebro está menos receptivo a estímulos externos.
¿Cómo se estudian las fases del sueño?
El sueño se estudia mediante una técnica llamada polisomnografía, que incluye un electroencefalograma para registrar la actividad cerebral. Este método permite observar las variaciones de las ondas cerebrales y el voltaje, proporcionando información valiosa sobre las distintas etapas del sueño y su duración.
¿Qué características tiene el sueño en adultos sanos?
En adultos sanos, el ciclo de sueño habitualmente comienza con el sueño ligero, pasando rápidamente de la vigilia a la fase N1. Aproximadamente el 33% de las personas puede quedarse dormido en menos de 15 minutos. La etapa N3 de sueño profundo es crítica, ya que aquí el cerebro es menos sensible, y resultará más difícil despertar a la persona.
El sueño NREM constituye alrededor del 20-25% del sueño total. En esta fase, movemos los ojos de manera aleatoria y experimentamos un tono muscular reducido. Si no hay interrupciones externas, la conclusión de un ciclo NREM podría hacer que nos despertemos naturalmente.
¿Qué influencia tienen nuestros hábitos de sueño en la calidad del descanso?
Nuestros hábitos también son determinantes. Si mantenemos horarios constantes para dormir, es probable que nos despertemos de manera regular. Por ejemplo, si dormimos a las 11 p.m. y despertamos a las 2:30 a.m., es probable que hayamos atravesado aproximadamente tres fases de sueño.
Animamos a la exploración personal sobre tus propias fases de sueño. Al identificar en qué etapa estabas al despertar, puedes ajustar tus hábitos para optimizar la calidad de tu descanso.
Siguiendo esta ruta de autoexploración y comprensión del sueño, puedes mejorar tu calidad de vida. ¡Te invitamos a seguir aprendiendo sobre los ritmos circadianos en nuestra próxima clase!
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