Identificación y Mitigación de Riesgos Estratégicos
Clase 11 de 16 • Curso de Pensamiento Estratégico
Resumen
Imagina una panadería local que ha ganado popularidad por su receta única, la cual depende de un ingrediente importado. A medida que busca expandirse, surgen interrogantes. "Tenemos una receta especial, pero dependemos de un proveedor extranjero". Esta simple afirmación revela un riesgo oculto relacionado con la cadena de suministro. Cuando comenzamos a observar nuestras situaciones a través de contradicciones, palabras como "pero" señalan vulnerabilidades clave en nuestros planes aparentemente sólidos.
Este método de identificación de riesgos, sencillo y cotidiano, puede aplicarse en cualquier contexto profesional. Considera ahora un evento al aire libre en planificación. Al formular una declaración condicional como "Si llueve mañana, el evento se cancelará", se identifican inmediatamente riesgos (lluvia) y consecuencias claras (cancelación del evento). Estas frases condicionales actúan como detectores de problemas potenciales, permitiendo visualizar escenarios alternativos y preparar planes de contingencia.
La práctica de hacer preguntas continuas también revela riesgos y oportunidades que no son evidentes inicialmente. Una empresa que planea lanzar un servicio de entregas podría empezar preguntando: "¿Cuáles son los riesgos del servicio?" La respuesta inicial podría ser "Retrasos en las entregas". Al profundizar con preguntas adicionales, como "¿Por qué ocurrirían retrasos?", surgen nuevas causas como tráfico o falta de personal. Cada nueva pregunta no solo amplía el panorama de riesgos, sino también abre paso a soluciones específicas como rutas alternativas o entregas en bicicleta para zonas congestionadas.
Al identificar claramente riesgos potenciales, la siguiente fase es preparar estrategias que aumenten la resiliencia ante impactos negativos. Aquí, la diversificación y redundancia juegan roles cruciales. Al igual que un agricultor que cultiva diferentes productos para minimizar pérdidas por plagas, una empresa puede contar con múltiples proveedores o sistemas de respaldo para afrontar imprevistos.
Para visualizar y priorizar los riesgos identificados, herramientas como las matrices de riesgo y los mapas de calor resultan particularmente útiles. Estas representaciones gráficas permiten entender claramente qué riesgos requieren atención inmediata y facilitan la comunicación efectiva dentro de equipos multidisciplinarios y con personas sin conocimientos técnicos profundos.
Sin embargo, incluso las acciones bien intencionadas pueden generar riesgos adicionales. Imagina una empresa que, tras enfrentar una crisis de reputación, implementa cambios significativos en sus protocolos solo después del incidente. Esta acción puede interpretarse como oportunista, generando desconfianza entre sus clientes. La gestión efectiva de riesgos implica anticipar cómo cada acción podría ser percibida, manteniendo coherencia y transparencia.
Finalmente, la preparación realista ante los riesgos incluye la realización de simulaciones, similares a los ensayos teatrales antes del estreno. Al practicar respuestas en un entorno seguro, los equipos pueden identificar vulnerabilidades ocultas, mejorar la coordinación y reducir significativamente el tiempo de respuesta ante eventos reales. Las simulaciones transforman la teoría en capacidades concretas, asegurando una gestión de riesgos efectiva en cualquier contexto profesional.