Niveles de Conciencia en el Desarrollo de la Adultez
Clase 9 de 12 • Curso para Encontrar tu Propósito de Vida
Resumen
Ser adulto es transformar la manera en la que percibimos y entendemos el mundo. Y una parte fundamental de esta transformación es la conciencia. La conciencia es el simple hecho de percibir, concebir y entender lo que está a nuestro alrededor y nuestra existencia como tal, sin aceptarla ni negarla.
Junto con las creencias, la conciencia nos permite opinar e interpretar lo que estamos percibiendo, a través de nuestros sentidos.
La Conciencia
| Conciencia | Mentalidad | | --- | --- | | El simple hecho de percibir, concebir y entender lo que esta a tú alrededor y tú existencia como tal, sin aceptarla ni negarla. | Junto con las creencias, es opinar, interpretar lo que estamos percibiendo, a través de los sentidos. |
Los diferentes niveles de conciencia van a determinar tú mapa mental (entramado que te ayuda a navegar la vida), cuanto mas elevado sea tu nivel de conciencia, mas detallado será tú mapa.
La topografía de tu mente
La topografía de nuestra mente es la suma de varios factores que contribuyen a nuestro nivel de conciencia. Algunos de estos factores son:
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Inputs: Son las experiencias de vida que hemos tenido, como la lectura, los viajes y la cultura en la que vivimos. Todo lo que percibimos a nuestro alrededor y conocemos, contribuye a nuestra conciencia.
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Conocimiento: El conocimiento que tenemos juega un papel importante en nuestra conciencia. También es importante tener conciencia sobre lo que desconocemos o ignoramos, ya que esto nos permite seguir aprendiendo y creciendo.
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Patrones emocionales: Nuestras reacciones emocionales ante diferentes situaciones de la vida también influyen en nuestra conciencia. Por ejemplo, la forma en que nos enojamos o nos relajamos frente a un tráfico pesado puede ser un reflejo de nuestros patrones emocionales.
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Hardware: La configuración biológica de nuestro ADN y la herencia recibida a través de nuestra familia y cultura también influyen en nuestra conciencia.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo la topografía de nuestra mente puede influir en nuestra conciencia. Pero ser consciente no se trata solo de lo que percibimos, sino también de cómo interpretamos y comprendemos lo que percibimos.
¿Qué ves en la imagen anterior? A simple vista, puede parecer un perro blanco con un parche en el ojo derecho. Pero cada persona puede tener una interpretación diferente de esa imagen. Por ejemplo, nuestra profesora Moserrat Lorente ve a su propia mascota, un perro llamado Rocoto. Esto demuestra cómo nuestra realidad y experiencias personales influyen en nuestra percepción y comprensión del mundo.
Ser adulto implica cambiar la forma en la que percibimos y entendemos las cosas. Es como leer un libro por primera vez y luego volver a leerlo después de un tiempo. En cada lectura, podemos comprenderlo de manera diferente, porque nuestra mente se ha configurado de manera diferente a medida que agregamos nuevos conocimientos y experiencias.
Teoría del desarrollo de la adultez
Robert Keegan, es un psicólogo que propuso una teoría del desarrollo de la adultez. Según Keegan, la mayoría de las personas nunca llega a ser un adulto funcional y solo alcanza la etapa 3 de su teoría.
Para transitar a etapas más avanzadas de la adultez, es necesario realizar un cambio de sujeto a objeto. Esto significa pasar de identificarnos con nuestras reacciones automáticas y asuntos internos a separarnos de ellos y tener el poder de manejarlos.
El sujeto son todas las asunciones que tenemos sobre nosotros mismos, por ejemplo, decir "soy una persona ansiosa". Al identificarnos así, permitimos que esa identidad nos controle.
Por otro lado, el objeto son las cosas que podemos separar de nuestra identidad y están bajo nuestro control. Por ejemplo, decir "tengo ansiedad" implica que la ansiedad no nos define y que podemos tomar acciones para manejarla.
Es importante diferenciar entre lo que sentimos que somos y lo que sentimos que tenemos. Evolucionar hacia una adultez más avanzada implica mover las cosas que están en nuestra identidad hacia el tener, es decir, hacia un espacio de administración.
La enseñanza del budismo también está relacionada con este concepto. El sufrimiento surge cuando nos sobreidentificamos con nuestros pensamientos, creencias y emociones, creyendo que son parte de nuestro ser. Para manejar el sufrimiento, es necesario separar estos pensamientos, creencias y emociones del yo y ubicarlos en el tener.
Contribución creada por: Daniel Stiven Carrera.