Estructura de tres partes para contar historias profesionales

Clase 6 de 26Curso de Storytelling

Resumen

Contar historias efectivas es esencial para conectar, inspirar y comunicar ideas claras a nivel personal y profesional, pero no siempre resulta sencillo. Por eso es crucial aplicar una estructura básica que permita transmitir de manera efectiva el contexto, los obstáculos y las transformaciones vividas. Esta estructura no solo hace tus relatos claros y memorables, sino también útiles en ámbitos como campañas de marketing o presentaciones de resultados profesionales.

¿Qué elementos esenciales necesita una buena historia?

Toda historia efectiva, ya sea personal o profesional, necesita contemplar tres momentos clave:

  • Inicio o contexto: Define claramente la situación inicial, ubica el escenario y presenta los personajes involucrados.
  • Conflicto o tensión: Indica claramente qué evento o desafío rompió con la normalidad y puso algo importante en juego.
  • Transformación o cambio: Describe la evolución resultante, incluyendo aprendizajes, decisiones tomadas y resultados logrados.

Aplicar esta estructura facilita captar el interés de la audiencia y enfatiza el valor real del cambio presentado.

¿Cómo aplicar la estructura de historia en un contexto profesional?

Veamos cómo funciona en la práctica, comparando dos versiones de un mismo suceso:

  • Versión sin estructura: Simple y concreta, pero carece de contexto emocional: se detecta un problema, se hacen cambios y se obtiene un resultado numérico.
  • Versión con estructura: Incluye contexto inicial, desafíos enfrentados y decisiones estratégicas, generando una narrativa más enriquecedora y memorable.

Al aplicar esta técnica en comunicaciones profesionales, se destacan habilidades como liderazgo, adaptabilidad y toma estratégica de decisiones sin necesidad de recurrir a grandes discursos.

¿Cómo practicar y reconocer el poder de tus historias cotidianas?

Para internalizar esta técnica, realiza el siguiente ejercicio práctico:

  1. Inicio: Describe brevemente el contexto antes del cambio.
  2. Conflicto: Detalla qué evento específico generó el desafío o la dificultad.
  3. Transformación: Explica cómo abordaste la situación, qué aprendiste y qué cambió posteriormente.

Al escribir tu propia historia en estos términos, reconocerás más fácilmente cómo puedes aplicar esta estructura para comunicarte mejor en tu entorno laboral y personal.

Finalmente, toma conciencia de qué parte de la estructura sueles enfatizar más. Experimenta equilibrando mejor el relato, especialmente destacando el conflicto, para fortalecer tu habilidad narrativa profesional y personal.

¿Qué te parece esta técnica para mejorar tu comunicación? ¡Comparte tu propia experiencia usando esta estructura en los comentarios!