Personajes secundarios en el storytelling personal y profesional

Resumen

Cada historia poderosa trasciende al protagonista individual, enriqueciéndose con personajes secundarios que interactúan, influyen y reflejan diferentes aspectos del relato. La fuerza de tu storytelling crece cuando reconoces cómo estas personas afectan tu camino emocional y práctico.

¿Qué hace esencial a los personajes secundarios en tus historias?

Ninguna historia vive exclusivamente a través de su protagonista. Las interacciones con otros personajes —quienes te retan, apoyan, o incluso parecen ignorados— tienen un impacto significativo en el desarrollo narrativo. Estas personas reflejan las consecuencias emocionales, éticas y relacionales de tus acciones y decisiones.

Tu historia se torna más poderosa al incluir este reflejo humano, que captura cómo lo que haces toca a los demás: clientes, colegas y familia. Cada decisión provoca pequeñas ondas emocionales e interpersonales que enriquecen o complican tu relato.

¿Cuáles son los roles frecuentes en historias personales y profesionales?

Las narraciones suelen presentar ciertos personajes recurrentes que cumplen funciones claras y esenciales:

Protagonista: Eres tú, quien vive la transformación central.
Aliada o aliado: Personas que te ayudan, a menudo silenciosamente, como amistades, familiares o líderes.
Antagonista: No necesariamente es alguien negativo; puede representar simplemente visiones diferentes o críticas constructivas.
Testigo: Observa y puede contar la historia desde otro ángulo.
Personaje ignorado: Estaba presente, pero no se reconoció su impacto, aunque éste fuera significativo.

Reconocer estos roles te permite narrar historias más profundas y empáticas.

¿Cómo determinar quiénes ocuparon estos roles en tu relato?

Prueba responder estas preguntas sobre una situación específica tuya:

¿Quién brindó ayuda explícita o silenciosa?
¿Quién manifestó oposición, y conoces la razón de ello?
¿Quién estuvo presente observando sin intervenir?
¿Hay alguien cuyo impacto relevante no habías notado inicialmente?

Esta práctica te permitirá enriquecer tu perspectiva narrativa y apreciar los matices escondidos de cada personaje.

¿Qué efectos alcanza contar la misma historia desde otro personaje?

Cuando narras desde otro punto de vista, logras comprender motivaciones y temores ocultos. Por ejemplo, en una dinámica laboral, lo que al principio percibiste como resistencia podría ser miedo o agotamiento. Este ejercicio amplía tu empatía, mejora tu comunicación y profundiza tu narrativa emocionalmente, generando conexiones más auténticas con tu audiencia.

Ahora, reescribe tu historia considerando un personaje secundario. Pregúntate por sus sentimientos, motivaciones y cómo experimentó el evento principal. Esta nueva perspectiva no solo potenciará tu empatía, sino también la calidad emotiva de tu historia.

¿Quién es ese personaje secundario importante que antes ignoraste? Comparte tu historia reescrita en los comentarios para que juntos podamos aprender de tu experiencia.

Pedro Esteban Bedoya Castaño

student•

Los personajes son fundamentales en las historias porque añaden profundidad y conexión emocional. A través de ellos, los oyentes o lectores identifican emociones, conflictos y transformaciones. En la clase, se menciona que los personajes secundarios son esenciales para mostrar cómo las decisiones de uno impactan a otros. Sin ellos, la historia se siente incompleta, convirtiéndose en un monólogo sin resonancia. Integrar diversas perspectivas de personajes en tu narrativa enriquece el relato y mejora la empatía, haciendo que la historia sea más relatable y significativa.

Ruth Violeta Arellano Flores

student•

Cuando volví a trabajar en oficina después de algunos años me costó adaptarme a la convivencia, era escéptica con respecto a que existían buenos compañeros, que te hicieran favores o que fueran amables desinteresadamente. Ya que en antiguos trabajos mis experiencias con compañeros no habían sido las mejores.

Había alguien en específico que llamaremos Mar, que alzaba mi desconfianza a los cielos, la creía falsa, que se esforzaba demasiado por caer bien, quien sin duda me echaría de cabeza en cualquier situación estresante. Un día me di la oportunidad de hablar con ella y notar si lo que sentía por ella eran prejuicios, hablamos y note en ella mucha humildad e inteligencia, se abrió y me comentó que su situación familiar no era la mejor, yo pensé en ese momento que ya la pasaba mal en casa y que yo no quería ser un motivo para que también la pasara mal en la oficina, ella genuinamente era una buena persona que en ocasiones se preocupaba mucho por los demás antes que por ella misma y solo por mis prejuicios y apatía no me daba la oportunidad de conocerla, ahora es una gran amiga.

Diego Mauricio Zuluaga Rodríguez

student•

Historia con Personajes Secundarios

Había acabado de terminar mi trabajo de grado y pensé "por fin terminé esta carrera de Economía", sin embargo, unos días después recibí un correo del ICETEX diciendo que empezarían a llegar los cobros del crédito del pregrado. Me alarmé mucho porque creí que la beca 4 x 1 opción de vida es completa y no quedaría ninguna deuda. Así que llamé a la señora Amanda, secretaria de Wilson García, el diputado que me ofreció la beca, y le pregunté sobre ese correo, y me respondió que debía haber echo mi trabajo de grado en mi municipio de origen, Zipaquirá, sin embargo, lo había hecho en Chía en el Banco Finandina, por lo tanto, no aplicaba para el tema de condonación. Así que hoy en día pago una deuda de 30 millones al ICETEX porque estudié engañado pensando que terminaría sin ninguna deuda y podría dedicarme al baloncesto, que es mi pasión, y no a llenar cuadritos de Excel con un título de economista para tener dinero para pagar una deuda al ICETEX.

Reflexión

Es importante recordar otros personajes como la señora Amanda, el diputado Wilson García, el Banco Finandina o mi deudor solidario Javier Uribe, incluso el ICETEX, para darle profundidad a mi historia y más sentido. Sin estos personajes no tendría sentido solo decir "Estudié economía y ahora tengo una deuda del ICETEX de 30 millones".

Esteban Rios

student•

Soy el protagonista de una historia que no me gusta, pero gracias a que está ocurriendo puedo decir que me estoy formando de carácter y encarando las cosas de la mejor manera posible. Soy un hombre de 25 años que esta hasta la cabeza de deudas debido a que no tuve una formación en finanzas personales (ojo, es mi culpa, no culpo a nadie más).

En esta historia mi madre me ayudo explícitamente con apoyo psicológico y económico, mi novia me apoya silenciosamente y mi propio oponente era (y lo sigue siendo) yo.

Brandon Vargas

student•

Les recomiendo una serie de Netflix que es el ejemplo perfecto para esta clase, se llama la Playlist. Es la serie que cuenta la historia detrás de la creación de Spotify :)

Mariajosé Rivas Romero

student•

Si, es muy buena! Yo la vi

Felipe Bernardo González Barranco

student•

Nuestras acciones impactan en otros, tienen un efecto directo o colateral en los demas, contar esos otros puntos de vista enriquecen la historia

César Valero Vegazo

student•

En resumen, hace algunos años, cuando todavía era una novedad, lanzamos un programa en vivo a través de algunas plataformas. La conducción recayó sobre mí y una compañera que es de mi entera confianza hasta hoy. Fue una bonita experiencia, que nos permitió llegar a nuevas audiencias. Sin embargo, mucho tiempo después de cerrado el ciclo, esta misma amiga me confío que en realidad nunca quiso aparecer ante pantalla.

La historia contada desde la perspectiva de mi compañera de trabajo

Parece que el programa continúa. Está funcionando. ¿Pero cómo le digo a César que ya no quiero salir al frente? En realidad nunca quise, pero como lo vi tan entusiasmado, terminé aceptando. El tema me gusta. Me gusta el show. Pero preferiría estar detrás de la pantalla, no adelante. Cada nueva edición es una lucha conmigo misma. ¿Se notarán mis nervios? Supongo que la procesión continuará por dentro.

Reflexión

No me puso en los zapatos de esta otra persona. Me faltó empatía. Debí preguntarle cómo se sentía y no dejar que mi entusiasmo la presione. Desde entonces trato de abrir más los oídos, la mente. Cada persona es su propio personaje principal.

Brandon Vargas

student•

Me cuentan que tal esta historia...

Aún recuerdo el día en que jugamos la final del campeonato de baloncesto con mi universidad. Durante la primera mitad, había sido un partido muy parejo lleno de tensión. Ellos anotaban y nosotros respondiamos.

Había tanta tensión que hasta para los árbitros se convirtió en un duelo en extremo exigente. Los ánimos estaban calientes y nos enfrentábamos contra el equipo más completo del torneo.

La segunda mitad fue aún más exigente, defendíamos pero las piernas se iban desgastando. Ellos empujaban, pellizcaban, nos daban codazos siempre que podían. No había oportunidad que desaprovecharan para sacarnos del juego y golpear cuando los árbitros no miraban.

Casi se forma una riña, los ánimos se calentaban fácilmente. Después de aguantar, quedaba 1 minuto y diez segundos de juego y el marcador era 62-63. Íbamos abajo por un punto.

En una jugada de ataque por poco perdemos el balón. ¡Me lanzó a suelo! Dos de los defensores del equipo me cayeron encima y estando en el piso envié el balón rondando al armador del equipo. El mantuvo la pelota, se recargó hacia el lado derecho de la cancha mientras yo me movía al lado izquierdo. En un momento de desorden el equipo contrario descuidó el lado opuesto al balón.

Era el medio segundo que necesitábamos, el armador me vio sin marco y me pasó la pelota.

Restaban 2 segundos de la posesión, reboté una vez para ajustar el tiro y lancé en sostenido desde el codo, mientras veía como el reloj iba en cuenta regresiva.

Las personas en las graderías se levantaron, el balón iba descendiendo hacia el aro y ocurrió lo que estás pensando. ¡Cesta! Medio coliseo estalló de emoción, los gritos eran tan fuertes y el corazón latía tan fuerte que no podías escuchar tus pensamientos. La otra mitad quedó en silencio. Nos pusimos un punto arriba del marcador. Esa anotación nos dio la victoria. Era nuestro turno de defender ya jugábamos por instinto, la concentración era máxima, mis compañeros de equipo parecían lobos de caza, no iba a dejar a nadie pasar. Teníamos que defender a toda costa y así lo hicimos. Ese ha sido uno de los mejores partido que he jugado en mi vida, pero aunque anoté la cesta de sellar el triunfo, no puedo decir que todo fue gracias a mi.

Víctor, Wilson y Mateo anotaron los puntos triples que nos mantuvieron a flote. Omar defendió como un cabro, sacando faltas ofensivas, fastidiando también a los oponentes y el gordo tuvo una visión de pases milimétrica acumulando asistencias. En entrenador Fabio, ya con años pero ese día estaba nítido en su mente, manejó los cambios como si ya supiese que iba a suceder en cada momento del partido.

La barra también nos ayudó tremendamente, cientos de personas se rasgaron los pulmones, dándonos ánimo y gritando.

Hasta el día de hoy uno de los mejores partidos de baloncesto que vivimos los que jugamos ese día y los espectadores que lo vieron.

Nicolás Méndez Galvis

student•

En mi trabajo hubo una situación personal que me generó rabia. Busqué a alguien con quien tenía confianza que me ayudó a entender qué estaba pasando y que la rabia que tenía venía también de mí, por supuesto de las acciones del antagonista. Las recomendaciones que me dio esa persona me sirvieron para entender que podía evitar esa rabia si me enfocaba en mí y no en lo que me la estaba generando. Sin darme cuenta entendí que había otra persona también ayudando que me daba consejos y se interesaba por mi bienestar sin saber realmente qué estaba pasando. Hoy entiendo que de distintas maneras, ambas personas resultaron fundamentales para dejar esa rabia de lado y poder seguir enfocado en mis labores.

Juan Diego Cabrera Moncada

student••

En la historia contada en la clase anterior, mis mentores me ayudaron a mantener la calma y a darme consejos para poder mejorar mi rendimiento en las próximas partidas. La verdad, sin ellos, no podría haber obtenido los resultados que saqué. Pues al tener esa ansiedad primeriza acechándome cada vez que hacía una mala jugada o que perdía una partida en el torneo, resultaba reconfortante poder acudir al profesor principal para escuchar sus consejos, a escuchar mi profesor de clase con sus propias anécdotas de sus partidas y sus propios problemas. Y que hubiese compas del curso con mejor rendimiento me motivaba aún más a que yo era capaz de alcanzar un nivel de habilidad que antes no me había planteado.

Después de la premiación, tuve la oportunidad de hablar con uno de mis profesores, él se veía medianamente satisfecho con sus partidas, y me comentaba que había salvado muchas de ellas gracias a su habilidad de pensar rápidamente cuando ambos jugadores llegan a una fase de batalla de tiempo.

Desde su perspectiva, me imagino que de cierta forma se sentía frustrado porque tenía partidas en las que había llegado a una posición peor, por más que se hubiera podido recuperar. Pero al mismo tiempo, se sentía ese orgullo de poder haberlas rescatado y de poder haber puesto a prueba nuevas ideas durante sus partidas, para validarlas o rechazarlas del todo.

Ignacio Arturo Melo Parra

company_admin•

Un trabajador fue despedido por no ir a trabajar el día jueves, viernes y lunes pasado, pero en realidad sí asistió, solo que el empleador le impidió registrar su asistencia.

Un trabajador fue despedido por no asistir supuestamente a la obra los días jueves, viernes y lunes. Esos días habló con sus compañeros de trabajo y más aún con la dueña de la obra, quien le consultó cómo iba la misma, y muy bien pudo el trabajador responder porque precisamente estsaba ahí. Sus compañeros de trabajo también supieron que estuvo ahí.

Lizeth Sarmiento

student•

Cuando inicié grado sexto en el colegio, me reencontré con mi mejor amiga, ella participaba en el grupo de voleibol y yo también me inscribí para los entrenamientos. Al siguiente año, la selección de las chicas mayores había clasificado a los juegos departamentales y el entrenador había decidido que me llevaría a mí. Cosa que no le pareció justo a la mamá de mi amiga, porque ella llevaba más tiempo entrenando. Al finalizar aquel año mi amiga se mudó porque la mamá iniciaría un nuevo trabajo. Las chicas que continuamos en el equipo seguimos entrenando y dos años después disputamos nuestra primera final en los juegos departamentales.

Inicie a practicar voleibol en grado quinto, al siguiente año mi mejor amiga había llegado al colegio y la invitación para entrenar voleibol no se hizo esperar por parte del entrenador, el grupo había crecido y nosotras disfrutábamos de los entrenos. Fue justo entonces cuando la selección de mayores clasificó a los juegos Departamentales, y el profesor había decido llevar a mi mejor amiga junto con ellas. No recuerdo que yo me hubiese enojado; pero cuando le conté a mi mamá, ella le comentó al entrenador que no estaba de acuerdo con esa decisión; argumentando que yo llevaba más tiempo en el grupo; el tiempo paso y nos tuvimos que mudar otro pueblo. Mi madre iniciaría un nuevo trabajo. El colegio en que continuaría mis clases era la competencia directa en los campeonatos de voleibol. Así que, decidí solo ir a los entrenamientos, pero no participé en los torneos.

Diego Mauricio Zuluaga Rodríguez

student•

Los personajes secundarios son cruciales en una historia porque aportan profundidad y contexto a la trama. Sin ellos, la narrativa puede volverse un monólogo vacío. Por ejemplo, si consideras la historia de un emprendedor que lanza un producto, los personajes secundarios, como un mentor que brinda consejos, un amigo que ofrece apoyo emocional o un competidor que genera desafíos, influyen en el crecimiento del protagonista y enriquecen la narrativa. Esto refleja cómo nuestras decisiones impactan a otros y viceversa, creando conexiones más humanas en el relato.

Roxana Argüello Monroy

student•

Yo era la clásica joven que iba al trabajo con jeans rotos, tenis sucios, que decía que no importaba mucho cómo iba vestida a trabajar.

Un amigo me hizo ver lo equivocada que estaba, que el vestir bien no implicaba un uniforme o ir de traje sastre. Una imagen más casual en la que yo me sentía bien también hacía que los demás me vieran de otra forma, que me involucraran en otros proyectos, me hacían ver profesional. Una amiga que vestía igual que yo, me decía que si iba a ser reconocida sería por mi trabajo no por mi vestimenta; era ir vestidas no iguales pero sí muy similares.

Una amiga del trabajo que era más grande que nosotras, nos daba consejos de cómo nos veríamos mejor, sin decirnos de forma directa que no nos vestíamos apropiadamente.

En mi trabajo tenía dos amigas, eran jóvenes y su forma de vestir era como si siguieran en la escuela. Eran buenas haciendo sus funciones, sin embargo, no daban un aspecto profesional, por lo que en ocasiones dudaban hacerlas parte de reuniones o proyectos importantes.

TORRES RODRIGUEZ LISANDRO MANUEL

student•

Una vez hice un diseño de una casa para mi ex novia como proyecto final del semestre en bachillerato, ya que a ella realmente no le interesaba la carrera de arquitectura, y yo quería aprovechar ese conocimiento desperdiciado. Ella me ayudó con ideas, mi mamá con comida, la cual me hizo trabajar más rápido. Quien se oponía era tal vez su amiga, no de manera explicita pero si parecía estar en desacuerdo, ya que yo tenía mi proyecto y además estaba haciendo el de ella, lo cual sería poco ético (tiene razón) y además yo me tendría que desvelar para terminar todo.

Mi hermano estuvo ahí, sin hablar ni nada. solo veía.

Punto de vista de mi amiga

Vi como mi amigo le hacía su proyecto de diseño arquitectónico a mi amiga, ellos eran pareja, sin embargo me parecía que eso fue algo que no debió haber hecho, ya que todos hicieron su propio proyecto (o bueno la mayoría) y el se iba a tener que desvelar y hacer muchas cosas por ella, sabiendo que ella lo podía hacer. El dice que es para aprender más y probablemente sea buena idea, pero no sé si es realmente algo bueno.

Es probable que en unos meses ya no sean pareja, así que no sé.

La primera vez que conté esa historia es que mi amiga podía sentirse molesta, que debí dejar que mi ex lo hiciera para que fuera más equilibrado todo. Mi amiga parecía irrelevante, pero después parece que sus opiniones son importantes.

Cada vez que cuente la historia y agregue a la amiga, es como si ella tuviera un punto de lo que debió pasar, pero que el protagonista aún así ignoró por x o y razón

Ángel Leonardo Hernández García

student•

Tiempo y vida

A finales de octubre, un día en una reunión fuera de clases, presente una propuesta a mis amigos en la universidad de emprendimiento considerando que todos estudiamos diferentes carreras, Iván y Carlos parecía encantarles la idea sin embargo a José, estudiante de ingeniera en software, le pareció algo sumamente irracional, se oponía rotundamente, Iván y Carlos me ayudaron bastante con la gestión de este nuevo proyecto sin embargo también estaba Raúl que no era tomado en cuenta porque era muy introvertido, José en múltiples ocasiones señalaba que por la naturaleza de nuestras carreras esto no funcionaria, insistimos y acepto, que lleváramos a cabo la creación y gestión de la empresa que habíamos creado, las ventas fueron de menos a más y sin darnos cuenta que descubrimos platicando con Raúl, él había detectado un patrón o nicho especifico donde podríamos entrar al mercado con mejores oportunidades, a los 7 meses de estar trabajando y operando nuestra organización, José estuvo mucho tiempo dudando de que esto fuera posible porque no existía una relación visible entre nuestras carreras y el giro de la empresa acorde a lo de él, un día como cualquier otro José se acercó a Iván, Raúl, Carlos y a mí, y nos dijo

-Lamento querer frenar sus ganas de algo nuevo, yo temía de que mi tiempo sea tirado a la basura, al rechazo, sobre todo de mi comunidad, pero les agradezco porque hoy por hoy soy feliz haciendo lo que me gusta y siendo mi propio jefe, tengo tiempo para y para mi vida.

A partir de ahí entendí que él, no es que no quisiera hacerlo, solo no quería tirar su tiempo y perderlo de su valiosa vida.