¿Cuál ha sido el reto más grande al que te has enfrentado como líder?
Diría que tiene un poco de dificultad y simplicidad combinada y fue el ser líder de un equipo que nunca fue un equipo antes, es decir, formar mi propio equipos. Cuando llegué a la organización en donde estoy, se encontraba en una etapa muy temprana de creación (apenas 5 meses de constituida), la oportunidad soñada para sacar a flote todas mis habilidades y hacerlas ver con valor agregado. Así que de primerazo tuve que hacerlo solo, y aquí es donde viene la dificultad. Cuando fuimos creciendo fue necesario que mi equipo se conformara y el haber trabajado solo durante tanto tiempo hizo que fuera difícil engranar al equipo, al principio fui un micromanager por excelencia, tenía todas las características a flor de piel porque quería garantizar que mi equipo mantuviera los estándares que venía manteniendo mientras no tenía equipo, así que el reto más grande fue ese precisamente, formar mi equipo y crear una cultura basada en valores y objetivos. Por otra parte, mencioné que tuvo algo de simplicidad (de cierta manera) porque al ser un equipo nuevo tuve la oportunidad de crearlo de manera conjunta sin lidiar con costumbres o maneras del pasado de hacer las cosas, venía gente con pensamientos frescos y eso eliminó un poco la resistencia al cambio.
¿Qué herramientas te ha dado este curso para enfrentarte a este reto?
Precisamente el darme cuenta que era un micromanager. Verme inmerso en ese ambiente fue “Hey, abre los ojos porque eres todo lo que no quieres que tu “jefe” sea”. Así que de la mano con las 4 habilidades más importantes fui puliendo mi manera de liderar y me abrí más a mostrar confianza a mi equipo para mostrarles que ellos también pueden hacer las cosas con excelentes resultados. A veces me sigue atormentando un poco el dejar pasar detalles “mínimos” de un lado, pero para evitar eso trato de generar una consciencia de cambio en el que mis colaboradores también le presten mucha atención al detalle, y no porque sea así como yo lo hago sino porque cuando las cosas son de calidad son el doble de excelentes (por supuesto que sin atentar contra la productividad). Ahora aplico más el feedback, la escucha activa y algo que me costaba, delegación de tareas, que precisamente, ahora que lo hago, nos ha satisfecho enormemente como equipo. Ahora hacemos también “clicks” semanales, que son espacios para conectarnos más como equipo y como personas, son dos horas cada 15 días que dedicamos a dejar de un lado el trajín diario y destinarlo para conocernos más y fortalecer nuestros lazos sociales.