En nuestro ámbito profesional es muy común que digamos que sí a todo. Muchas veces pasa porque tal vez queremos tener reconcimento ya sea económico o algún status, tal vez propiciar un ascenso o cambio de posición o a veces simplemente porque… somos así. Lo cierto es que la mayoría de las veces terminamos llenos de tareas por entregar, cosas a medio hacer y el final obtenemos el efecto contrario.
Aquí algunos tips para aprender a decir que NO:
- Mide tu cantidad de trabajo: Si tu día no alcanza para hacer tus tareas diarias o llegas justo, no te cargues más de lo debido. Evalúa si tienes muchas responsabilidades y puedes apoyarte en tu equipo para delegar.
- Lleva un agenda: Con una organización previa de tu tiempo, seguro sabrás hasta donde podrás llegar y cuando empezar a delegar.
- Establece límites: Muchas veces estamos llenos de reuniones inoficiosas o situaciones del día a día que comen tiempo.