En primer lugar, es fundamental conocer el nivel de conocimiento de cada miembro. Puedes obtener esta información a través de sus currículos, entrevistas laborales y, por supuesto, observando su desempeño diario.
Una vez que tengas un panorama general, es momento de evaluar cómo interactúan con sus compañeros, tanto dentro como fuera del ámbito laboral.
Para agilizar este proceso, te sugiero que te enfoques en identificar a aquellos individuos con una predisposición natural a ayudar a los demás, siempre respetando el tiempo y el trabajo de sus colegas. Es importante descartar a quienes dicen que sí a todo, ya que esto dificulta evaluar su compromiso real.
Esta persona clave te proporcionará una perspectiva única y, en cierta medida, confiable sobre el equipo. A partir de su visión, podrás identificar las cualidades distintivas de cada miembro y determinar cómo pueden contribuir al éxito del grupo.
Finalmente, te recomiendo que este proceso de evaluación no exceda un mes, para obtener resultados oportunos y tomar decisiones informadas.