El 2020 será un año que no olvidaremos. Un año al que la historia ya tiene reservadas páginas que serán leídas en las siguientes décadas por nuestros descendientes.
La pandemia de la COVID-19 hizo del año pasado un tiempo trágico para muchos al perder la vida de seres amados, al quedarse sin empleo o decir adiós a negocios que tanto esfuerzo llevó construir. En el mundo incrementó el dolor en múltiples formas.
Fue en ese tiempo de vacío mundial en el que recibí un regalo enorme: un mejor empleo, como tanto lo había deseado antes. Tras 12 años como comunicador/periodista/CM en medios informativos, llegó el salto a la comunicación institucional.
La ilusión chocó con las drásticas condicionantes por la pandemia y más tardes con una decepción en mi vida personal que todavía me hace sufrir.
En mis trabajos anteriores, al no tener un puesto que lo requiriera tanto, no había sido consciente de la necesidad de ser un buen líder para conseguir nuestros objetivos.
Ante eso el Curso de Liderazgo para Equipos de Trabajo me ha llenado de ideas, afirmado algunas acciones e invitado a cambiar. Me ha dado las herramientas, habilidades y hábitos, las ganas de crecer, conciencia de mis límites, empatía hacia los demás, noción de las características que no tengo y que necesito buscar. Agradezco haberme recordado la importancia de servir.
Estos pilares me están siendo de utilidad en este momento de mi vida en el que enfrento el reto más grande como líder, llegar a una organización nueva, a ejercer un campo de la comunicación distinto al conocido y en medio de una pandemia que tanto nos condiciona.
A veces, quizá en los días difíciles, extraño la zona de confort en la que estuve. Pero trato de no ver para atrás, sino enfrentar los retos y formarme cada día un poco más.