El autoconocimiento emocional o autoconciencia se trata de ser conscientes de lo que sentimos, y, a su vez, hacerlo de forma más constante. De ahí que sea importante otro concepto, el autocontrol emocional o autogestión, que se trata de decidir qué hacer con lo que sentimos.
¿Qué es el autoconocimiento emocional o la autoconciencia emocional?
La autoconciencia emocional o autoconocimiento es la capacidad para identificar nuestras emociones y sentimientos, lo que sirve para tener un mayor control en nuestras vidas. Ser autoconscientes de nuestras emociones también nos permitirá identificar las emociones de los demás y, de esta forma, mejorar nuestras relaciones interpersonales en nuestro entorno.
¿Por qué es importante el autoconocimiento emocional?
La autoconciencia emocional permite que conozcamos nuestras limitaciones y fortalezas personales. Además, en el ámbito laboral la autoconciencia y la autogestión emocional favorecen las relaciones profesionales, haciéndolas más fluidas y evita que tengamos malos entendidos.
Algunos de los beneficios que tiene el autoconocimiento y autocontrol emocional son:
- Favorece la imagen profesional
- Proyecta seguridad, confianza, madurez y responsabilidad
- Ayuda a la salud emocional y al crecimiento profesional
Al reconocer que las emociones influyen en nuestras acciones, podemos tomar mejores decisiones, diferenciarnos de otros y destacar mejor nuestras habilidades.
¿Cómo lograr el autoconocimiento emocional?
El bienestar emocional que proporciona identificar las emociones se da a través de distintos ejercicios que puedes poner en práctica para lograr el autoconocimiento emocional.
Algunos de ellos son:
- Llevar un cuaderno donde puedas registrar tus emociones
- Escribir un diario para expresarte sin temor a juzgamientos
- Pedirle a otra persona que te describa y saber que imagen proyectas
- Haz un sociograma familiar y laboral para conocer la dinámica de tus relaciones
Ejemplo de cómo lograr el autoconocimiento o la autoconciencia emocional
El siguiente es un ejemplo de autoconciencia emocional a través de un diario.
Aporte por Mauricio Salazar:
Algo que me enseñaron y me ayudó muchísimo fue llevar un diario de emociones. Allí escribía todos los días que emociones había tenido durante el día y semanalmente revisaba el diario y veía con qué frecuencia y en qué momentos o bajo qué circunstancias había sentido esa emoción.
Esto me ayudó al autoconocimiento, es decir, fue el primer paso antes de pasar a la autogestión. Me dieron una herramienta que funciona muy bien y es el tomarme unos segundos antes de contestar para enfriar mi mente reflexionar y ser asertivo en lo que voy a decir o voy a hacer.
¿Qué es el autocontrol emocional o la autogestión?
El autocontrol emocional o autogestión emocional es la capacidad que tienen una persona para darse cuenta de lo que está sintiendo y no dejarse llevar por sus emociones o emoción sino que puede decidir qué hacer con lo que siente.
¿Cómo tener autocontrol de las emociones?
Imagina que sientes una emoción de rabia o de tristeza. Es importante primero darse cuenta, es decir, identificar por qué se da esa emoción. Luego de que sabes esto, necesitas tener técnicas para manejar esa situación de la mejor manera posible.
Algunas formas para lograr distanciarse de esas emociones y sentimientos de forma saludable son:
- Verbalizar la emoción del momento y expresarlo a las personas alrededor
- Reconocer lo que se siente y dejar el expresarlo para después
- Elegir dejar de sentir esa emoción y automotivarse para sentir algo diferente
Otra manera de manejar tus emociones es a través de técnicas de relajación.
Técnicas de relajación
Las emociones activan nuestro organismo, por eso la relajación es una técnica muy utilizada en el autocontrol emocional. La relajación muscular progresiva puede resultar muy efectiva si existe un entrenamiento previo que permita realizarla en pocos segundos.
Sigue estos pasos para poder hacerlo:
- Mano dominante y antebrazo: cierra el puño y apriétalo con fuerza como si fueras a dar un puñetazo.
- Bíceps dominante: dejando la mano relajada intenta tocar el hombro con la muñeca, o bien aprieta el bíceps como si quisieras sacar músculo.
- Mano y antebrazo no dominante: cierra el puño y apriétalo con fuerza como si fueras a dar un puñetazo.
- Bíceps no dominante: dejando la mano relajada intenta tocar el hombro con la muñeca, o bien aprieta el bíceps como si quisieras sacar músculo.
- Frente: levanta las cejas como arrugando la frente
- Párpados: cierra los ojos apretándolos
- Nariz y mejillas superiores: arruga la nariz como poniendo cara de asco.
- Mandíbula, mejillas inferiores y lengua: aprieta los dientes tensando toda la boca y presiona la lengua contra el paladar.
- Cuello y garganta: intenta tocar el pecho con la barbilla. Empuja el respaldo con la cabeza.
- Hombros y parte superior de la espalda: estira los hombros hacia atrás y luego hacia delante como si se quisieran tocar.
- Pecho: haz una inspiración profunda y contén el aire unos segundos…. Ahora déjalo salir con fuerza.
- Abdomen: Encoge o aprieta el estómago como si fueras a recibir un puñetazo.
- Espalda inferior: arquea la espalda como si quisieras sacar el abdomen.
- Pierna dominante: pisa con fuerza empujando el suelo. Acostada: estira las piernas y los pies.
Repasa la definición de inteligencia emocional.
Contribución creada por Alexandra Barrero, Gustavo Nieto y Francisco Rodriguez.
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