A medida que crecemos, el miedo a pasar por la vergüenza de preguntar algo y quedar “como tontos” crece, sin embargo, las personas que más preguntan son las que más crean, innovan y están constantemente curiosas por lo que los rodea. Al implementar la consciencia de que NO HAY PREGUNTAS TONTAS, estamos contribuyendo a la curiosidad, la confianza y el crecimiento profesional de todo nuestro equipo.