Supera el Síndrome del Impostor: Estrategias y Beneficios

Clase 7 de 10Curso de Manejo de Emociones para la Productividad y la Organización

Resumen

El síndrome del impostor puede convertirse en un gran aliado para entender tu progreso en relación con el cumplimiento de tus objetivos. Sin embargo, este también te conecta con tus miedos más profundos: es como una alarma de incendios que se activa con cualquier fuente de humo, por más pequeña que sea.

El síndrome del impostor tiene causales

Analiza qué situaciones te llevan a experimentar el síndrome del impostor. Algunas de las causales más comunes de este son: alguna crítica de alguien a quien admiras en el trabajo o darte cuenta de que eras un buen estudiante, pero no te va tan bien en el mundo empresarial.

Síndrome del impostor vs. Efecto Dunning-Kruger

Cabe destacar que, a la larga, el síndrome del impostor puede llevarte a mejorar tus capacidades. Caso contrario al Efecto Dunning-Krueger, que te hace pensar que sabes más de lo que en realidad dominas.

La humildad es un gesto simbólico

Cuando nos vemos afectados o afectadas por el síndrome del impostor, tendemos a no apreciar objetivamente nuestros logros. Por eso, siéntete orgulloso y orgullosa de todo lo que alcanzas en tu día a día.

Asimismo, si sientes que tus ojos no sirven en algunas situaciones, usa los de los demás: no temas preguntarle a las personas que te rodean, cómo te perciben y cuáles son esas cosas valiosas, logros y fortalezas que tienes. Esto es especialmente útil cuando quieres hablar de aquello que ha salido mal.

Establece metas y límites superiores e inferiores

Establece esas metas ambiciosas que sueñas con alcanzar (límites superiores), pero también aquellos pequeños logros que te gustaría obtener en un tiempo determinado (límites inferiores). Si te mantienes en este “rango”, estás haciendo las cosas bien.

Ten en cuenta que no eres tus logros o fracasos, eres el proceso: nuestros logros y fracasos son consecuencias de nuestros procesos, por eso, reconoce los pasos que has dado para llegar hasta donde estás.

El síndrome del impostor es una alarma, escúchala. No le creas de inmediato, pero analiza que la activó y que pudes hacer al respecto.

Contribución creada con los aportes de Luis Eduardo Alanís Villarreal y Ciro Villafraz.