Figuras Narrativas para Dar Ritmo a tus Textos

Clase 11 de 31Curso de Escritura Online

Resumen

¿Cómo lograr que tu texto tenga ritmo?

¿Alguna vez te has sentido como si tus palabras bailaran descoordinadamente en la pista de escritura? Puede ser desafiante entender por qué algunas personas perciben que tu texto carece de ritmo. La clave para mejorar y hacer que tus textos fluyan con gracia al ritmo de una ranchera es comprender dos conceptos fundamentales: el tiempo en la historia y el tiempo del relato. Te invito a explorar esto primeramente antes de adentrarnos en las estrategias para dar ritmo a tu escrita.

¿Qué es el tiempo en la historia vs. el tiempo del relato?

Tiempo en la historia refiere a cómo acontecieron los hechos en la realidad, tal cual sucedieron. Por ejemplo, si deseas narrar cómo fue tu día para explicar que llegaste tarde al trabajo, el tiempo de la historia incluiría todos los eventos desde que tu despertador sonó hasta que llegaste al trabajo.

En contraste, el tiempo del relato es cómo decides contar esos hechos. En vez de narrar cada detalle de la mañana (como posponer la alarma varias veces), podrías optar por resumir: "Se me hizo tarde porque no había agua caliente". De esta manera, lo que pudo haber tomado horas en el tiempo real, se puede narrar en pocas líneas, manteniendo al lector inmerso y sin perder el hilo de la historia.

¿Cuáles son las figuras de velocidad en la narración?

Las figuras de velocidad son herramientas narrativas esenciales para manejar el ritmo de tu texto. Desde la elipsis hasta las pausas, estas técnicas te ayudan a controlar la rapidez o lentitud con que los eventos se narran:

  1. Elipsis: literalmente significa cortar o eliminar información innecesaria. Ayuda a acelerar el relato al omitir detalles que no impactan el propósito principal de la historia.

  2. Sumario: funciona como un resumen de eventos. En lugar de describir cada intento de posponer la alarma, simplemente dices "posponía la alarma varias veces", acelerando así el tiempo del relato.

  3. Escena: aquí el tiempo de relato y el tiempo de historia coinciden más, siendo común en diálogos. Permite que el lector experimente una parte de la historia casi en tiempo real.

  4. Pausas: utilizadas para ralentizar un momento. Consisten en añadir reflexiones o detalles que extienden una escena, provocando que el lector se detenga a procesar información crucial.

¿Cómo utilizar estas figuras en tu texto?

Entender la aplicación práctica de estas técnicas es crucial para dominar el ritmo de tu escritura. Utilicemos un fragmento de Gabriel García Márquez como ejemplo, quien magistralmente utilizó estas figuras:

  • Sumario: narrar varias acciones rápidas consecutivas para una sensación de celeridad, como múltiples verbos que describen acciones encadenadas en poco espacio. Esto hace que el relato se sienta ágil e intenso.

  • Pausa: después de una aceleración narrativa, introducir un giro que ralentice el paso, añadiendo detalles que provocan reflexión y misterio. Esto contrasta con la rapidez anterior, manteniendo el interés del lector.

  • Escena: utilizar el diálogo para desacelerar el ritmo, haciendo que el lector asimile cada palabra, como si asistiera a la conversación en tiempo real.

  • Elipsis: implícitas en la narrativa, omitiendo eventos irrelevantes que no contribuyen al propósito central del relato.

Ahora que conoces cómo emplear las figuras narrativas, te invito a revisar tus propios textos. Analiza dónde has utilizado pausas, elipsis, escenas y sumarios. ¿Cómo han impactado en el ritmo de tu escritura? Me encantaría leer tus experiencias y comentarios al respecto.