Autoconciencia y autogestión emocional en el trabajo
Clase 5 de 27 • Curso de Inteligencia Emocional
Resumen
Desarrollar la inteligencia emocional comienza con dos pilares prácticos: autoconciencia y autogestión. Saber qué sientes y decidir qué hacer con ello evita la “explosión emocional”, mejora tu imagen profesional y cuida tu salud emocional. Aquí tienes las claves para aplicarlo con confianza y madurez.
¿Qué es la autoconciencia emocional y por qué importa?
La autoconciencia (o autoconocimiento emocional) es la habilidad de darte cuenta de lo que estás sintiendo y, cada vez más, identificar cuál es esa emoción. Si nunca lo has entrenado, puede costar al principio, pero el progreso llega con práctica.
- Reconocer que estás sintiendo una emoción en el momento presente.
- Poner atención para identificar cuál emoción es.
- Aceptar que el inicio puede ser desafiante y avanzar paso a paso.
¿Cómo empezar a reconocer lo que sientes?
- Repite internamente: “me doy cuenta de lo que siento”.
- Observa sin juzgar y nombra la emoción cuando puedas.
¿Qué es la autogestión emocional y cómo aplicarla?
La autogestión (también autocontrol o autorregulación emocional) comienza cuando ya detectaste la emoción. A partir de ahí, eliges qué hacer con lo que sientes para no dejarte llevar por una reacción que no encaje con el contexto, especialmente en el ámbito profesional.
Opciones concretas de autorregulación: - Verbalizar lo que ocurre: decir “estoy sintiendo esta emoción.” - Explicarlo a las personas a tu alrededor para dar contexto. - Reconocer la emoción y posponer su expresión para más tarde. - Escoger dejar de alimentar esa emoción y automotivarte para sentir algo diferente.
¿En qué contexto conviene reforzarla?
En situaciones laborales donde una reacción impulsiva podría no ser adecuada. Si surge rabia o tristeza, tomar distancia de forma saludable antes de actuar protege tu profesionalidad.
¿Qué beneficios aportan a tu vida profesional y personal?
Practicar autoconciencia y autogestión favorece relaciones de trabajo más claras y un mejor clima en equipo. Además, potencia la percepción que otros tienen de ti y fortalece tu bienestar interno.
- Relaciones profesionales más fluidas.
- Menos malentendidos y un clima profesional que no se enrarece.
- Mejor imagen profesional.
- Mayor seguridad, confianza, responsabilidad y madurez profesional.
- Bienestar y salud emocional sostenida.
- Impulso al autoconocimiento y al crecimiento personal.
¿Qué sigue en el aprendizaje de las emociones?
El siguiente paso es profundizar en el mundo de las emociones para identificarlas con mayor claridad y actuar de forma más consciente.
¿Te gustaría compartir un ejemplo? Comenta qué emoción identificaste hoy y qué decisión tomaste para gestionarla.