¿Cómo identificar el problema que realmente necesita solución?
Uno de los primeros y más cruciales pasos para un product manager es entender el problema que se desea resolver. Pero no se trata solo de definir una solución superficial, sino ahondar en si el cliente realmente tiene esa necesidad o incluso si es consciente de ella. Para lograrlo, conceptos como la teoría de "Jobs to be done" se convierten en aliados poderosos.
¿Qué es la teoría de "Jobs to Be Done"?
La teoría "Jobs to be done" se centra en identificar el trabajo que el usuario necesita que se realice. Es como contratar un producto o servicio para resolver un problema específico, al igual que contrataríamos a una persona. Por ejemplo, cuando se opta por aprender inglés, se busca a un profesor; el "trabajo" es aprender el idioma. Esta teoría ayuda a entender las necesidades reales de los usuarios, aquellas que incluso ellos pueden desconocer.
¿Cuáles son ejemplos de aplicación exitosos?
Producto de la aplicación de esta teoría, numerosos productos han sido innovadores en su entorno. Veamos dos casos:
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Nest y la innovación en termostatos: Antes de ser adquirido por Google, Nest se dio cuenta de que los usuarios requerían climas agradables en sus hogares. Al eliminar el intermediario profesional que realizaba una compleja instalación del sistema de clima, crearon un producto simple de instalar y usar, resolviendo efectivamente el problema del cliente.
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La revolución de los servicios de transporte: A pesar de ser un sector dominado tradicionalmente por taxis, empresas como Uber transformaron la industria entendiendo las verdaderas necesidades de los usuarios y ofreciendo conveniencia y acceso sin intermediarios complejos.
¿Cómo aplicar "Jobs to Be Done" en tu producto?
Imagina que estás desarrollando un producto similar a Google Maps. Este servicio no solo ayuda a llegar de un punto A a un punto B, sino que comprende las diversas acciones requeridas y las ejecuta eficientemente. La teoría se puede desglosar en pasos específicos identificables y esenciales para cada usuario:
¿Cuáles son los seis tipos de acciones en la teoría?
El proceso para resolver cualquier necesidad se puede descomponer en seis tipos de acciones:
- Identificar: Determinar dónde se encuentra el restaurante.
- Planear: Calcular cuánto tiempo se requiere para llegar al destino.
- Ejecutar: Dirigirse al lugar utilizando una herramienta de navegación.
- Evaluar: Comprobar si se está avanzando de la manera más rápida y efectiva.
- Revisar: Confirmar que se llegó a tiempo y evaluar la ruta tomada.
- Concluir: Valorar la totalidad del proceso y la eficacia del mismo.
Cada segmento puede contar con sus propias fricciones, esfuerzos y tiempos que, al ser identificados, proporcionan oportunidades de innovación y mejoras.
¿Qué papel juegan la empatía y la personalización?
Al analizar a fondo cada elemento de la experiencia del usuario, es fundamental desarrollar empatía. No todos los clientes tienen las mismas condiciones ni enfrentan los mismos problemas. Entender sus particularidades permitirá ofrecer soluciones más precisas y adaptadas a sus casos particulares. Por ejemplo:
- Usuarios que prefieren caminar versus aquellos que utilizan bicicleta o automóvil.
- Diferentes niveles socioeconómicos que pueden determinar el acceso a ciertos recursos o servicios.
Al reconocer estas diferencias, se pueden crear productos o servicios más efectivos y dirigidos al público objetivo correcto.
¿Cómo identificar y eliminar puntos de fricción?
Para identificar nichos de mejora, es necesario examinar cada fase de la acción del usuario, evaluando:
- La fricción: Cualquier resistencia o dificultad inherente al proceso actual.
- El esfuerzo: La cantidad de trabajo o complicación involucrada para completar una tarea.
- El tiempo: La duración necesaria para ejecutar cada acción dentro de una tarea.
Reducir estos elementos de fricción no solo representa un desafío, sino una oportunidad de crear un producto que realmente facilite la vida de los usuarios.
Este enfoque no solo mejora la satisfacción del cliente, sino que también puede proporcionar una ventaja competitiva en un mercado saturado. Una vez comprendidas las particularidades de los usuarios y su relación con el producto, se recomienda realizar pruebas de producto, idear mejoras y adaptarse continuamente a las necesidades cambiantes de la audiencia.
Finalmente, el camino hacia la innovación radica en observar, comprender y actuar sobre las necesidades aún no satisfechas de los usuarios. Con determinación y análisis detallado, se pueden crear productos innovadores y efectivos que capten la atención y la fidelidad del cliente.¡Anímate a aplicar estos conceptos en tus proyectos y observa cómo puedes transformar problemas en oportunidades!
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