Gestión y Resolución de Bugs en Desarrollo de Software

Clase 20 de 25Curso del Ciclo de Vida de Apps Mobile

Resumen

¿Qué es un bug y cómo afectan nuestras aplicaciones?

Los bugs, esos molestos errores o comportamientos inesperados en nuestras aplicaciones, son tan inevitables como el amanecer. Pese a nuestros mejores esfuerzos durante el desarrollo del software, siempre habrá fallos que escaparán a nuestro control. Desde un botón que cierra la app de manera abrupta hasta aspectos sutiles en la interfaz, entender cómo identificarlos y resolverlos es crucial. Descubramos los diferentes tipos de bugs y cómo gestionar su ciclo de vida adecuadamente.

¿Cuáles son los diferentes tipos de bugs?

Identificar el tipo de bug es el primer paso para solucionarlo:

  • Bugs funcionales: Estos ocurren cuando una característica de la aplicación no funciona como debe. Son comunes en las apps móviles y requieren nuestra atención inmediata para asegurar el correcto funcionamiento del sistema.

  • Errores visuales o de UI (user interface): Estas imperfecciones impactan en la experiencia del usuario, a menudo denominadas "glitches". Se manifiestan como problemas en la interfaz, desde botones desalineados hasta imágenes que no cargan correctamente.

  • Errores de rendimiento: La aplicación se torna lenta o se bloquea, irritando a los usuarios y disuadiéndolos de usarla. Resolver estos problemas mejora significativamente la usabilidad y experiencia de usuario.

  • Errores de integración: Surgen por una mala comunicación entre el front-end y el back-end, resaltando la importancia de pruebas de integración y coordinación entre equipos.

¿Cómo manejar el ciclo de vida de un bug?

Abordar un bug de manera estructurada y eficaz es esencial para mantener la calidad de la aplicación. Sigamos el proceso desde la identificación hasta la resolución:

  1. Identificación: Podemos detectar bugs mediante múltiples fuentes, tales como reportes de usuarios, análisis internos y logs que nos ayuden a comprender lo que falla en la aplicación.

  2. Reportes: Generamos reportes claros y detallados, ya sea desde los usuarios o el equipo de QA, con pasos para reproducir el error y registros log para su identificación precisa.

  3. Clasificación: Los bugs se ordenan según su gravedad. Desde fallos cosméticos hasta errores sistémicos críticos, esto determinará su urgencia de resolución.

  4. Asignación: Basado en su severidad, priorizamos los bugs más graves. Se asigna un equipo de desarrolladores a cada bug, empezando por los de mayor impacto.

  5. Seguimiento: Una vez resuelto el bug, verificamos que el error no persista después de implementar la solución.

Recuerda que la continua mejora de nuestras prácticas de desarrollo y pruebas es clave para enfrentarlos eficazmente. Además, plataformas como Platzi ofrecen cursos que profundizan en técnicas de testing, esenciales para cualquier desarrollador decidido a optimizar la calidad de su software. ¡Sigamos aprendiendo y mejorando juntos!