Fuerzas Económicas: Productividad y Ciclos de Deuda
Clase 8 de 17 • Curso de Introducción a Educación Financiera
Hay tantos aspectos económicos que parecen tan complejos entre sí, que lo que logran es alejarnos del entendimiento y la comprensión.
Esto me parece preocupante, pero, malévolamente sistemático.
Parece que, entre más difícil de entender sea, menos podremos ponerlo a tu favor.
Por eso me gusta tanto la explicación de Ray Dalio sobre la maquinaria que es nuestra economía.
Al final del día, sobran los conceptos pomposos y lo único que importa es el desenlace en nuestra cartera.
Dicho lo anterior, te comparto las 3 fuerzas que mueven la economía, fuerzas que si juegas bien tus cartas, se verá materializado en tus finanzas.
1. Un incremento de la productividad
Espero que después de la clase de “Ciclos económicos” y “Comportamiento vía deuda” se haya sembrado en ti la semilla de la reflexión y de cómo nuestros hábitos de consumo nos hacen partícipes del crecimiento, no tan saludable, que implica crecer mediante deudas.
El crecimiento a través de la productividad es más lento que el crecimiento vía deuda, porque, para ser productivo TIENES que trabajar: encontrar formas de producir más con lo mismo o mejor aún, con menos; desarrollar nuevas tecnologías, crear nuevos sistemas o mejorar los actuales. En pocas palabras, la productividad es el verdadero soporte del crecimiento económico sostenido a largo plazo, tanto para los individuos como para los países.
El pequeño problema con la productividad es que el crecimiento es a largo plazo, por lo tanto, si se quieren acelerar las cosas se debe hacer uso del crédito. O sea, se debe crear deuda.
Como platicamos en la clase de “Tasa de interés y la importancia del crédito”, el gasto de uno es el ingreso del otro, así que el crédito es un gasto para quien lo pide, pero un ingreso para quien le pagan con él.
Por eso es que el crédito es un motor de crecimiento a corto plazo. Por supuesto, como todo en exceso es malo, el exceso de crédito tanto para las personas como para los países trae acompañados varios dolores intensos de cabeza y de cartera.
En el ámbito personal hay hábitos nefastos cuando pedimos créditos. Repasemos un poco estos terribles hábitos:
- Vivir arriba de nuestras posibilidades financieras:
Es decir: tenemos un ingreso monetario y tenemos gastos monetarios. Los gastos que realicemos deberán ser menos de lo que generamos.
Cuando es lo contrario: nuestros ingresos son menores que nuestros gastos. Ese diferencial se obtendrá de los créditos, ya sea vía tarjeta de crédito o préstamo personal.
- Solicitar créditos empresariales sin un plan de negocio.
Doloroso pero común. La emocionalidad que representa formar una startup nos llega a nublar el juicio sobre las decisiones financieras que tendremos al arranque de nuestro sueño.
Entiendo que las posibilidades en tu mente son sumamente optimistas, pero es necesario tener los pies en la tierra y entregarnos a la frialdad (y libertad) que los números aportan.
Recuerda que en la Escuela de Startup puedes aprender a cómo aterrizar estos fríos y libres números.
- Comprender los sofisticados sistemas que fomentan el consumo.
¿Te han hecho creer el cuento de que eres más libre si adquieres el nuevo gadget?
¿Te has creído el cuento de que si no estás “trendy” en cómo te vistes no vas a pertenecer a alguna tribu?
¿Te lograron convencer de que el sinónimo de éxito es adquirir cosas materiales que no necesitas?
Bienvenido a “la trampa del dinero”.
Hay una serie de comportamientos humanos ante el consumo que es muy posible que tú no conozcas, y por lo tanto, eres vulnerable a ellos.
Recuerda: la mercadotecnia quiere hacerte sentir un sinfín de emociones… a costa de tu dinero.
Mira este número: en Estados Unidos unos 50 billones de dólares son de crédito y el total del dinero circulante es de apenas unos 3 billones. ¿De dónde sale la diferencia de 47 millones de millones?
2. El ciclo de deudas a corto plazo
Para efectos de unas finanzas sanas como nación y como individuo, la productividad tiene un beneficio más relevante a largo plazo y el crédito a corto plazo.
Esto es porque el crecimiento de la productividad no fluctúa mucho, porque como ya vimos, es paulatina y toma su tiempo, así que no es un propulsor importante de los vaivenes económicos. Por esto, no esperes fluctuaciones tan intempestivas como con la deuda.
La deuda sí tiene un papel fundamental en esos vaivenes, porque al adquirirla nos permite consumir más de lo que producimos y nos obliga a consumir menos de lo que producimos cuando la pagamos.
Estos vaivenes forman los llamados ciclos económicos. Los ciclos económicos tienen picos donde hay mucho ingreso, por lo tanto hay mucho gasto (y mucho crédito, ya que como hay mucho ingreso pues hay que comprar una nueva pantalla, o un nuevo auto, o un nuevo guardarropa, porque las cosas están bien y siempre van a estar bien, ¿o no?), seguido de un valle donde bajan los ingresos, baja el gasto, baja el crédito otorgado e incluso baja el pago de créditos.
Repasemos el ciclo de la deuda:
El ciclo de la deuda a corto plazo dura entre 5 y 8 años aproximadamente, y el final de esos ciclos llega con una nunca bien recibida recesión, que es donde el crédito ha llegado tan alto que ya no hay dinero que alcance para pagarlo. Debido a que se tienen que pagar los créditos, se deja de consumir, o sea baja el gasto, y como el gasto de uno es el ingreso del otro, bajan los ingresos. Sin ingresos suficientes para ser sujetos de crédito, el crédito baja también. Y no solo por eso, sino porque cuando hubo mucho dinero y mucho gasto, los precios subieron, o sea hubo inflación y para detenerla el Banco Central subió la tasa de interés lo que hizo que el crédito fuera cada vez más caro.
Para salir de la recesión, se crean planes de estímulos, tanto fiscales (baja o exención de impuestos) como monetarios (entrega de apoyos); se bajan las tasas de interés y se reestructuran las deudas.
Y todo vuelve a empezar. Al bajar las tasas, el crédito se vuelve a hacer barato, como ya se pagaron las deudas se vuelve a ser sujeto de crédito, se gasta más y recordando que el gasto de uno es el ingreso del otro, hay más ingresos, como se compra más rápido de lo que se produce se incrementan los precios y vuelve a haber inflación, por lo tanto, se elevan nuevamente las tasas de interés…
Esto tiene relación con tus finanzas personales porque no importa que tan bien o mal las lleves, mientras vivas en una nación soberana, democrática y de libre mercado en el planeta tierra, los ciclos te van a afectar. Pero recuerda que, toda crisis es una oportunidad. Por eso, lo mejor que puedes hacer es gastar menos de lo que ganas, siempre generar más dinero que el que ya generaste, y crear una red de soporte financiero a corto, mediano y largo plazo. Todos los cursos de la Escuela de Finanzas Personales te ayudarán a lograrlo.
Ahora bien, no piensen que el crédito es malo, solo causa ciclos y ya. Es malo cuando financia por el consumo que no deberías hacer porque no lo podrás pagar. Pero es buenísimo cuando los recursos del crédito se asignan eficazmente en activos o emprendimientos que nos permitan generar ingresos para pagar la deuda adquirida.
3. El ciclo de deudas a largo plazo
Por supuesto, la diferencia principal entre corto y largo plazo es el tiempo. Anteriormente dijimos que el ciclo de la deuda a corto plazo dura entre 5 y 8 años. Pues bien, el ciclo de la deuda a largo plazo toma entre 75 y 100 años en presentarse, y cuando se llega al fin del ciclo, la economía tarda en promedio 10 años en recuperarse (de ahí el término de “Década Perdida”).
El ciclo de la deuda sigue un camino similar al de corto plazo: se crea crédito, esto incrementa el ingreso porque se gasta más, al gastar más los precios de los bienes y activos financieros suben y la gente se siente más rica (por lo menos en papel). Cómo se siente rica, la gente pide más crédito para seguir gastando o emprendiendo y vivir felices por siempre. Desafortunadamente, la vida no es un cuento de hadas y el ciclo llega a su fin: se alcanza el punto de los pagos de las deudas son mayores que los ingresos, derivado de que el crecimiento de la deuda fue mucho mayor que el de las fuentes de generación de ingresos. Como los ingresos se van al pago de deudas, el gasto cae, y recordando que el gasto de uno es el ingreso de otro, el ingreso cae también. Habiendo menos ingresos, se es menos sujeto al crédito. Así que también cae el crédito y hay menos ingresos.
Hasta aquí todo parece igual que en el corto plazo y podríamos pensar que llegamos a una recesión, ¿no es cierto? Muy bien, solo que en el ciclo de deuda a largo plazo se le llama depresión. Ya dijimos que cae el crédito, lo mismo el ingreso y el gasto, pero no hemos dicho que comienzan las reestructuras o condonaciones de crédito, por lo que sufren los bancos y las instituciones que otorgan créditos. Las personas comienzan a vender sus activos, lo que genera un exceso de oferta y por lo tanto una baja en el precio, así pasan de ser ricos en papel a pobres en cartera. Los mercados se desploman, el enojo y la frustración de la gente se ve reflejada en revueltas y disturbios sociales.
El evento de esta naturaleza presentado más recientemente tuvo lugar en 2008 en Estados Unidos (y lo sentimos en tooooodas la demás partes del mundo entre finales de 2008 y casi todo el 2009) y fue ocasionado principalmente por el exceso de créditos hipotecarios.
Para corregir el rumbo se debe comenzar un proceso doloroso pero necesario conocido como desapalancamiento, o sea, deshacerse de deudas y comenzar a incrementar el ingreso.
Ahora, en el desapalancamiento no se puede reducir la tasa de interés para reactivar el crédito pues para estos casos la tasa ya está en el nivel más bajo posible (porque no, ¿quién va a querer que se acabe la fiesta?). Por lo tanto, se cuentan con las siguientes estrategias:
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Se cortan gastos: lo hacen tanto las personas como los países. En los países se presenta cancelación de proyectos, eliminación de apoyos, etc. A esto se le conoce como austeridad.
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Reducción de deuda: ya sea con reestructurar o condonaciones. Esto parece genial a primera instancia, pero generalmente olvidamos que si no se paga lo que se debe, se crea un desfalco a las instituciones, y ese desfalco generan quiebras que afectan a las personas, pues pierden sus fuentes de ingreso.
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Transferencia de los que tienen a los que no: usualmente creando impuestos para la gente adinerada, como los que se crean para las inversiones o las herencias.
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Impresión de dinero: a través del banco central que se usa para comprar bonos del gobierno con la intención que el dinero inyecte esos dineros derivados de la venta de proyectos productivos
Y una vez corregido el rumbo, todo vuelve a comenzar. Por el tiempo que toman en formarse las depresiones, es probable que no te toquen en tu vida productiva (o quien sabe, porque ya han pasado 12 años de la última…), los ciclos de recesión seguro que te van a tocar. Por lo tanto, aquí también aplican las recomendaciones pasadas: gasta menos de lo que ganas, siempre gana más dinero que antes, y crea una red financiera a corto, mediano y largo plazo.
¿Qué opinas de estos ciclos?
¿Ha cambiado tu percepción sobre la economía y cómo poner las reglas a tu favor?
Cuéntanos en la zona de comentarios tus reflexiones financieras y nos vemos, en la próxima clase.