Me encuentro revisando mi Facebook para saber qué hay de nuevo en mi timeline, y subir un par de fotos donde etiquetaré a mis amigos. Al mismo tiempo, abro mi Twitter para dar retuitear lo que un buen amigo de España compartió sobre temas de Inteligencia Artificial en el Derecho.
Echo un ojo a mi cuenta bancaria en línea, no sin antes haber visto un par de videos en YouTube sobre Steve Jobs y cómo logró revolucionar al mundo con su visión y pasión, de mano de la tecnología. Por último, abro mi correo para enterarme que habrá próximamente una conferencia sobre “Delitos Digitales en la Red” en Argentina, que por supuesto, agendo en mi calendario del iPhone, para estar presente vía streaming.
Todo esto lo hago “inconsciente” de que la tecnología está presente ahí, y más inconsciente aún de que lenguajes de programación, líneas de código, algoritmos y variables, dan estructura y diseño a todo lo que veo. Si alguien pudo crear todo esto a través de la programación ¿por qué no hacerlo yo también? Inmediatamente una voz dentro de mi cabeza dice: “No pierdas el tiempo, eso no es para ti, tú eres abogado”. Tal vez esa voz habría hecho sus efectos en mi hace 5 años, pero hoy no. Hace 5 años emprendí con mi propia Firma Legal, y hace más de 2 años estoy envuelto en el ecosistema emprendedor, asesorando a startups de todo tipo, y convencido cada vez más, que el Derecho tiene que renovarse, evolucionar y también formar parte de la Sociedad de la Información.
La tecnología crece exponencialmente y el Derecho linealmente, ¡ahí tenemos un grave problema! Porque así no podremos generar leyes acordes a los tiempos de las tecnologías de la información, y eso afecta directamente al campo de la innovación y la tecnología en Latinoamérica. Richard Susskind en su libro Tomorrow’s Lawyers dice textualmente:
En los años por venir, los abogados convencionales no serán tan prominentes en la sociedad como hoy. Los clientes no estarán dispuestos a pagar asesores legales caros, por trabajo que puede ser hecho por gente menos experta, soportada por sistemas inteligentes y procesos estandarizados
También habla acerca de los nuevos tipos de abogados que surgirán en el 2020 (o sea que el tiempo ya está corriendo) y de los cuales los que más me llaman la atención son:
Inmediatamente me doy cuenta que la tecnología no dejará “títere con cabeza”, incluyendo al Derecho. Que los abogados que sigan pensando que ellos no están obligados a innovar en sus servicios, ni tampoco a incorporar nuevas tecnologías que brinden soluciones legales más rápidas, eficientes y a costos más bajos, están condenados a la extinción. Pero quienes tengan una visión de 180 grados y estén dispuestos a explorar el mundo tecnológico, a comprenderlo y aterrizarlo en sus servicios legales, tendrán asegurada su permanencia en los próximos años. Sin más, a las pruebas me remito de que la tecnología ya está siendo aplicada al Derecho:
Entonces la pregunta es: ¿Cuántos abogados en México, en Colombia, en Chile y en general en Latinoamérica, están reflexionando al respecto sobre estos temas? ¿Cuántos abogados aún conciben a la tecnología y al Derecho como dos cosas totalmente distintas y separadas? ¿Cuántos abogados están convencidos que aprender a programar los hará mejores profesionistas? Como abogado que soy, me duele reconocer que muy pocos o casi ninguno. Lo puedo asegurar, porque en los últimos dos años, he asistido a diversos eventos de Tecnología, de Big Data, de Programación, de Innovación y me sobran dedos de una mano para contar a cuántos abogados me he encontrado en esos foros. Y es así como un buen día, me encuentro en YouTube con un tutorial de Platzi que explicaba cómo funciona un algoritmo a través del juego de peleas de Pokemon; y algo que parecía un poco surrealista, resultó ser la puerta de entrada para generar en mi una inquietud genuina acerca del mundo de la programación. De pronto me encontraba cada vez más fascinado con las terminologías como: código fuente, algoritmos, software, encriptamiento, malware, bots, Inteligencia Artificial. Y considerando que llevaba dos años asesorando a startups, leyendo sobre tecnología y rodeado de gente con pasión por innovar, fue cuando todo hizo match en mi y la sabia frase de Steve Jobs, resonó en lo más profundo de mi ser:
Ten el coraje de seguir a tu corazón y a tu intuición
No dudé ni por un minuto que aprender a programar se convertiría ahora en otro de los apasionantes retos que debo emprender para unir mis 3 pasiones: La Innovación, la Tecnología y el Derecho. Y como no hay nada mejor que la acción he comenzado con el curso de Programación Básica de Platzi, de la mano con otro curso sobre aspectos legales del E-Commerce, todo en pro de una formación integral en ésta era digital. Sentado frente a mi computadora, sintiendo mariposas en el estómago y siendo el más novato de todos, comienzo a escribir mi primera línea de código con una emoción indescriptible: “Hola mundo soy abogado y estoy aprendiendo a programar”.
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Hola Abogado TIC,
La verdad me emociona leer este post. Hoy en día me encuentro en el mismo punto, en el cual tu te encontrabas hace 2 años atras. Si lees esto me encantaría saber como te ha ido en tu proyecto personal de desarrollarte como abogado programado. Comparto cada una de las hipotesis propuestas por ti, si los abogados no logramos desarrollar nuestra profesion de la mano de la tecnología estamos condenados a cambiar de trabajo. Soy abogado en Chile y ahora recién se está comenzando a discutir con mas fuerza respecto al surgimiento del Legaltech y principalmente existe una gran empresa, Lemontech, que debe poseer gran parte del Market Cap en su industrial. Me encantaría poder estar en contacto contigo para compartir experiencias, si me pudieras dar tu contacto sería genial. Saludos.
Wow, impresionante por que este blog llega caído del cielo, soy abogado especialista en derecho constitucional y he realizado distintos diplomados y cursos, sin embargo no he podido tener un empleo queme acredite experiencia y eso genera desanimo, sin embargo, el mundo de la tecnología e innovación me gustan pero siempre me decían “dedícate a una cosa, o eres abogado o eres…” e incluso me han dicho que deje el derecho y me ponga a programar, soy nuevo en platzi y honestamente lo hice para aprender cosas nuevas, pero me encuentro con situaciones similares a las mías y como han salido adelante y usado como complemento el derecho y la tecnología, sinceramente a este punto de estar escribiendo esto, no se aun como hacerlo, por lo que les agradecería todo su apoyo, pero valoro el hecho que no soy el único y que hay esperanzas para personas como yo.
Genial!
En estos momentos estoy sintiendo esas marposas en el estómago.
Mi primera línea de código al igual que tú, con una emoción indescriptible fue: “Hola mundo soy Claudia y estoy aprendiendo a programar”.