¿Y si tu ignorancia fuera tu superpoder? 🤯 Aprende a convertir el “no sé” en tu mejor herramienta para crecer y destacar en cualquier entorno.
La mejor noticia que puedo darte hoy es que eres un ignorante… y, para mi fortuna, yo también lo soy.
Así abrí la charla que, contra todo pronóstico, me llevó al segundo lugar del concurso del Platzi Barcamp. Y estoy seguro de que nadie esperaba ser felicitado por no saber algo. Sin embargo, reconocer nuestra ignorancia es la llave que abre cualquier puerta al aprendizaje.
¿De dónde nació esta charla?
Hace unos meses, mientras repartía mi tiempo entre proyectos de diseño UX por cuenta propia y la obra de albañil, me di cuenta de que en ambos mundos reinan las mismas cuatro palabras: “ya lo sé hacer”.
Y fue imposible no darme cuenta de que esta frase mata la curiosidad, frena la innovación y pone un límite a nuestro talento. Así que decidí participar en el concurso para lanzar un recordatorio incómodo: la ignorancia no es tu enemigo. Tu enemigo es creer que ya lo sabes todo.
Tres lecciones para transformar la ignorancia en ventaja
Lección #1 — El síndrome del impostor se neutraliza con curiosidad activa
Hace un año tuve que cambiar temporalmente de escritorio por un andamio: trabajé como albañil en la obra de mi padre. Los primeros días fueron difíciles porque desconocía cómo se realizaban muchas cosas y en vez de fingir que comprendía todo, preguntaba y escuchaba. Al final de la tercera semana coloqué 10 m² de tabique sin un solo error de nivel.
Lección #2 — Preguntar es el atajo más rápido para aprender
Cuando admites que no entiendes algo y lanzas una pregunta clara, conviertes a cualquier persona en tu maestro temporal. Una sola pregunta bien formulada puede ahorrarte horas de ensayo‑error, mostrándote puntos de vista que no habías considerado y, sobre todo, crea un ambiente en el que aprender es más importante que impresionar.
Lección #3 — Convertir un “no sé” en un plan de acción
Confesar la ignorancia sin actuar se llama resignación; confesarla y hacer algo se llama estrategia. Puedes construirla con 3 sencillos pasos.
- Acepta la ignorancia: cuando alguien te diga “tu código es malo” o te critique, acéptalo sin sentirte menos.
- Pregunta con curiosidad: en lugar de quedarte con la crítica, conviértela en una pregunta poderosa: por ejemplo “¿Qué puedo hacer para mejorar mi código?”
- Actúa: no basta con reconocer y preguntar. Lleva el conocimiento a la acción.
Sé un aprendiz eterno, no un sabelotodo
Si algo quiero que recuerdes es esto: tu valor no radica en lo que ya sabes, sino en lo que todavía estás dispuesto a aprender. Cada vez que admites “soy un ignorante”, enciendes el cohete que te lleva un paso más lejos.
Genial, ahora tienes todo para convertir tu ignorancia en tu mejor aliada. Pero… ahora ¿qué sigue?
- Comenta aquí abajo: ¿Cuál es la pregunta “obvia” que te da pena hacer en tu trabajo?
- Mirá la charla completa aquí eres un ignorante y yo también
- Comparte este artículo con esa persona que siempre finge saberlo todo (guiño, guiño).
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