Tus ideas no sirven, perdón pero alguien tenía que decírtelo. Y no, no es porque sean malas, sino porque sólo son eso, ideas. Te explicaré mejor:
Seguramente alguna vez has tenido una idea con el potencial de cambiar al mundo: una App, un servicio, un software o hasta una película que jurarías que, de hacerla realidad, tu vida y la de millones cambiarían al instante. Bueno, pues… ¡Felicidades! Todo el mundo la ha tenido.
Durante años hemos admirado a la gente con ingenio, premiando la creatividad de las grandes soluciones, asombrados con la capacidad de imaginar e improvisar. La realidad es que sí, esas son buenas cualidades, pero también son cualidades mucho más comunes de lo que te imaginas y sobre todo mucho menos útiles de lo que pensabas.
No te estoy diciendo que las ideas no son importantes, te estoy diciendo que de nada te sirven si sólo están en tu cabeza.
Mantenerlas ahí sólo te ponen en un empate con cualquier otro ser humano pensante en el mundo. Tranquilo, sigue leyendo. Mi objetivo no es matar tus sueños, es convencerte de hacerlos realidad.
Las ideas no son para tenerlas, son para trabajarlas y hacerlas realidad. Esa idea de App nunca va a conectar al mundo si no sales a trabajar por ella. Tener muchas ideas sólo habla de lo malo que eres haciéndolas. De lo bueno que eres para hablar pero de lo mucho que te falta aprender a hacer.
Este mundo hace mucho tiempo que dejó de ser de quienes solo piensan y se puso en manos de los que hacen. Si no me crees mira quién lidera Facebook: ¿Mark Zuckerberg o los gemelos Winklevoss?
Internet llegó para entregarle el mundo a los creadores. A los programadores, los diseñadores, los ingenieros, los músicos y los cineastas que viven de hacer y no de pensar.
Aquellos capaces de tener ideas, pero también de hacerlas. De despertarse imaginando un app de crowdfounding y por la noche ya estar maquetándola. De pensar una historia divertida y dos días después poner un sketch en YouTube que genera millones de risas. De diseñar una mesa para tu casa y un mes después ponerla en venta en Amazon.
Deja de creer que con tu idea es suficiente.
Las ideas no te pertenecen, así que deja de cuidarlas y defenderlas. Olvídate del ‘a mí se me ocurrió antes’ o del ‘me la copiaron’. Las ideas son de quien las hace, no de quien las tiene. Mientras te decides, alguien más ya la está haciendo. Así que aprende a hacer, aprende a bocetar, aprende a diseñar, aprende a programar, aprende a vender, aprende a negociar y sobre todo no tengas ideas, hazlas.
Nos vemos en Platzi
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