Mi vida y evolución como entrenadora en finanzas personales está marcada por las historias que me comparten personas que se sienten orgullosas o vulnerables por la forma como administran su dinero. La mayoría de las veces lo hacen con el propósito de pedir ayuda para mejorar su economía personal.
Una de las formas en las que más conecto con mis clientes y alumnos es contando esas historias financieras que me fueron relatadas. He notado que se logra una identificación con los protagonistas de las anécdotas y esto puede reducir la curva de aprendizaje.
Para este blog, elegí contarte dos historias financieras. La primera, es sobre posponer la satisfacción inmediata y sus grandes beneficios. Y la segunda, bueno, no tiene un final tan feliz. Con estas historias quiero que empieces a entender en qué consiste la economía conductual o llamada economía de comportamiento, y su directa relación con el consumo, las finanzas y el dinero.
¿Qué es la economía conductual o economía del comportamiento?
La economía conductual estudia el porqué a veces nos comportamos de manera ilógica. Es utilizada principalmente en estrategias de mercadotecnia, teniendo en cuenta que las decisiones que tomamos no obedecen solo a una respuesta racional sino emocional.
Por ello, la economía del comportamiento intenta descifrar y comprender todos los factores que influyen en el comportamiento de las personas. ¿Te has puesto a pensar si cuando tomas alguna decisión, realmente tienes toda la información necesaria? O ¿eres consciente de lo que no sabes?
Historias financieras para entender más sobre economía conductual
Espero que las historias relatadas a continuación puedan inspirarte o alertarte, según sea el caso.
Operación cupcake
Recién cumplidos sus 18 años y con edad reglamentaria en México para abrir su plan privado, el cual consiste en un producto financiero cuya finalidad es ahorrar para la vejez, Héctor celebró su mayoría de edad. El compromiso era ahorrar 50 USD mensuales por los siguientes 25 años.
Nuestra cita fue en la cafetería de su universidad. No teníamos mucho tiempo dado que él se encontraba en clases. A nuestra veloz reunión, apareció con un recipiente que tenía cupcakes en su interior. Me contó que los vendía para pagar su plan de pensión: “Prefiero pagar el precio ahora que soy joven. Además, si empiezo antes, acabo antes”.
Los cotizadores en la web de estos productos permiten visualizar un estimado de tu meta financiera; sin embargo, solo tienen una proyección a 25 años.
Héctor me preguntó cuánto recibiría a la edad de su retiro, al cumplir 65 años. Como el límite de los cotizadores es de 25 años, no pude darle en ese momento una cifra, ya que Héctor apenas tendría 43 años.
Te va a interesar mucho la respuesta, presta atención: Para efectos de la historia se utilizaron números muy aproximados, los cuales pueden variar por tipos de cambio, inflación, gastos administrativos u otras variables.
Ahorro mensual: 50 USD
- Rendimiento promedio anual: 8% (recuerda el promedio de tasa de 25 años).
- Tiempo de ahorro: 25 años (300 mensualidades).
- Inflación promedio del 4% durante esos 25 años.
- Ahorro proyectado acumulado a sus 43 años: $94,932 USD.
Sin embargo, como Héctor quiere seguir aportando 50 USD aún después de sus 43 años, el monto proyectado que aparece en el simulador es de aproximadamente $1,380,000 USD.
Historia real y complementaria: A las semanas siguientes tuve una entrevista con una alta directiva que se encontraba preocupada porque a sus 41 años aún no iniciaba el ahorro para su vejez. Al proyectar la meta financiera para su edad dorada, noté que su número era bastante cercano a la meta final que Héctor tendría, aproximadamente $1.3 millones de USD.
A diferencia de Héctor, ella ‘solo’ tendría 24 años para lograr esa meta y necesitaría ahorrar aproximadamente 900 USD mensuales con las mismas condiciones.
Estoy segura de que fue difícil para Héctor tomar constantemente la elección de estar consciente de sus compras y de su futuro.
Altas expectativas
Tuve la fortuna de escuchar esta historia en el inicio de mi profesión como entrenadora financiera y comprobar cómo la irracionalidad financiera puede estar presente y afectar hasta la más hermosa historia de amor.
A solo unos minutos de comenzar la fiesta después de la ceremonia religiosa, las decenas de invitados esperaban desconcertados en la entrada del salón de eventos. No podían pasar a tomar asiento y no sabían por qué.
La novia (que ya era esposa ante las leyes eclesiásticas) le confiesa a su novio (ahora esposo) que el presupuesto que habían acordado en conjunto para celebrar su boda solamente cubrió el 50% de las expectativas que ella tenía sobre su fiesta. Así que decidió aumentar el presupuesto, sin consultarlo con su novio y sin los recursos disponibles, esperando lo máximo posible para postergar el pago, con la esperanza de que fuera cubierto sin grandes represalias.
Te aclaro que en México muchos de los proveedores de eventos cobran el resto de sus honorarios horas antes del evento, lo cual facilitó aplazar la agonía. Pero al finalizar la ceremonia, la mayoría de ellos, quienes aún no habían recibido la liquidación de sus servicios, impedían el paso de los comensales hasta que recibieran su justa compensación.
Una vez confesado el ‘crimen’, el novio/esposo pagó el adeudo pidiendo prestado a ciertos invitados de confianza y utilizando sus ahorros (destinados para el enganche de una casa). El esposo asumió la deuda de su amada esposa, pero nunca más regresó a la recepción de su boda.
¿Qué podemos aprender sobre estas historias?
Ambos relatos marcaron de manera especial mi percepción sobre la toma de decisiones financieras. Más adelante, entendería que las finanzas personales tienen un alto contenido de variables que nos impulsan a actuar de maneras extrañas e irracionales.
¿Cómo es que alguien de 17 años puede llegar a actuar de manera tan estratégica (pensar a largo plazo) y ser consciente de un tema que a todos nos debería de ocupar?
¿Cómo es que aún amando tanto a alguien podemos herirlo, especialmente por un tema financiero?
¿Por qué postergamos constantemente una decisión como decir la verdad o planear nuestro futuro?
Mantenerte alerta es una constante que, aunque parezca tediosa, es necesaria para disfrutar realmente de tu dinero y evitar ser víctima de las consecuencias de tus impulsos monetarios.
Si quieres conocer más sobre cómo reconocer esos sesgos personales y financieros que pueden llevarte a la toma errada de decisiones, te invito al Audiocurso de Introducción a la Economía Conductual. Cuéntame allí con cuáles te identificas.
¡Te espero!
Audiocurso de Introducción a la Economía Conductual