El Product Designer es una pieza fundamental en todas aquellas empresas que se dedican a desarrollar aplicaciones. Si bien cualquier persona puede dedicarse a esta profesión, existe una cualidad que todo diseñador de producto debe tener: dedicación.
El Product Designer se dedica a la creación, el desarrollo y el mantenimiento de los productos digitales. En la mayoría de los casos, se trata de una persona formada en una carrera de diseño, aunque -como veremos más adelante- esta no es una condición excluyente.
En su trabajo diario, el diseñador de producto hace mucho más que sólo diseñar. Es una pieza fundamental en el engranaje de las startups que se dedican a desarrollar aplicaciones y/o plataformas digitales.
Además de asegurarse de que un producto se vea bien y que funcione bien (pequeño detalle), el Product Designer se encargará de definir el objetivo del producto, el tipo de mercado en el que comercializará, en qué plataformas estará disponible, para qué audiencia estará destinado y qué características tendrá ese producto.
Ahora bien, para comprender el rol del Product Designer debemos primero entender qué es un producto digital. Es toda aquella plataforma que cumple una función. Es decir, que satisface una necesidad o resuelve un problema que se le presenta a los usuarios en determinado momento.
En este sentido, una aplicación que sirva para conocer el clima, las noticias del día, para saber qué transporte público debo tomar o que me permita conversar en tiempo real con otros usuarios es, por definición, un producto digital.
Además, para ser considerados como tales, los productos digitales deben permitir la interacción con los usuarios y, al mismo tiempo, ser capaces de modificarse con el objetivo de mejorar la experiencia de las personas que utilizan esa aplicación o plataforma.
A la hora de diseñar un producto digital es esencial no enamorarse de lo que uno crea. Los productos digitales están vivos, cambian constantemente. Un producto nunca será de una sola forma para siempre.
Por esta razón, el Product Designer debe ser capaz de adaptarse a las mutaciones de su producto. El Product Designer debe desarraigarse de su creación. En el campo de diseño de producto existe una máxima que siempre se cumple: la gran mayoría de los productos que uno crea terminan, tarde o temprano, en la basura.
Los profesionales que se han formado en el diseño gráfico tienden a enamorarse de sus producciones. Esta es una cualidad que los diseñadores deben abandonar si quieren convertirse en Product Designers.
Los diseños de producto tienen fecha de defunción y esa fecha siempre llega, inevitablemente. Los productos cambian porque las necesidades de los usuarios cambian. Asimismo, las tendencias tecnológicas también varían; y cualquier producto que pretenda triunfar en el mercado digital debe alinearse con las nuevas modas de la tecnología.
En este punto es importante señalar que, cuando el Product Designer escucha el feedback de los usuarios, tiene que plantearse modificar sólo aquellos elementos que suponen una mejora en la usabilidad. Nunca debemos enfocarnos en cambios vinculados a los gustos personales de los consumidores. Cualquier mejora en nuestra aplicación debe responder a un argumento lógico. Los cambios porque sí no sirven. El Product Designer debe definir un roadmap y apegarse a él.
Si el diseñador se aleja del roadmap, lo más probable es que el producto se estanque y no avance. Por esta razón, antes de iniciar la creación de un producto, debemos establecer una hipótesis sobre cómo funcionará y cómo será el usuario que lo utilizará. Una vez hecho esto, lo siguiente será poner a prueba nuestra hipótesis y plantear mejoras con base en los resultados obtenidos.
A la hora de desarrollar productos digitales, el método de trabajo más sencillo y eficiente es pensar siempre en versiones de un producto.
El objetivo final del Product Designer debe ser llegar a la versión más desarrollada de una aplicación. Sin embargo, para alcanzar esa instancia, es necesario comenzar por la primera. Para esto, es central que el diseñador de producto emplee el concepto de “Producto Mínimo Viable” (MVP, por sus siglas en inglés). El MVP es aquel producto que cumple sólo las funciones esenciales para las que fue ideado, y que, con el paso del tiempo, se le irán agregando nuevas funciones y mejoras.
Para entender cómo evolucionan las versiones de un producto digital, debemos pensar en tres momentos de nuestra aplicación: Must have, Should Have y Nice to have (Debe tener, debería tener, sería lindo que tenga).
El Must Have son las funciones que posee un producto en su estado más básico, es aquel producto que incluye sólo las características esenciales para las que fue ideado.
El Should Have son aquellas funciones o cualidades que se le agregan a nuestro producto inicial con el objetivo de optimizar la experiencia del usuario.
Y, finalmente, el Nice to Have es la versión más acabada del producto, con todos los elementos ideales desde el punto de vista funcional y visual.
Cualquier persona puede convertirse en un diseñador de producto, siempre y cuando esté dispuesto a afrontar las responsabilidades y las consecuencias que eso supone. Tal y como dije al principio, no es una condición excluyente haberse formado en diseño.
Vivir en la era digital, usar apps y preocuparse por entender cómo funcionan los patrones y los flows de diseño de las aplicaciones es un gran comienzo si lo que quieres es dedicarte a esta profesión. El talento de un Product Designer se mide por el producto que ha creado, y un producto es bueno cuando se logra que los usuarios digan: “¡Qué bien que funciona esta app!”; “¡Qué fácil es usarla!”; “¡Me solucionó la vida!”, etc.
Si quieres dedicarte al diseño de productos debes incorporar la rutina de observar, reconocer y entender cuáles son los elementos que conforman a un buen producto. Por esta razón, el Product Designernunca debe dejar de investigar y de buscar referencias para perfeccionarse. El Product Designer debe entrenar su ojo, pero antes que todo, debe estar dispuesto a someterse diariamente a este entrenamiento.
Una persona impaciente no podría ser Product Designer, porque el trabajo del diseño de productos lleva su tiempo y hay que aprender a respetarlos. El buen diseñador de producto debe saber cuándo pelear y cuando esperar.
El Product Designer debe ser un trabajador de equipo que conozca bien en qué momento deben tomarse determinadas decisiones. Y eso, amigos, no es algo que se aprenda en los libros; se aprende en Platzi con el Curso de Product Desginer.
Cuándo leí el: la gran mayoría de los productos que uno crea terminan, tarde o temprano, en la basura. me hizo tener sentimientos encontrados. 😅
Son pocas las profesiones en dónde uno se esmera por realizar algo tan excesivamente bueno y saber que eso mismo, en un corto o mediano tiempo, tiene que cambiar o hay que dejarlo morir.
Es como parir un hijo, cuidarlo, y aún así; entender que nunca ha sido tuyo.