El costo de la exclusión

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¿Quién dijo que no pertenecer a una minoría implica ser parte de “la gente normal”?

Todo el mundo entra en la diversidad (y nadie es “normal”). Eso es bueno.

De no entender esto, tu desarrollo personal o profesional se verá afectado de múltiples formas, así como también la capacidad de crecimiento de cualquier negocio o startup en donde trabajes.

Me explico…

Existe esta noción que “la diversidad” realmente es eso que le toca a las minorías. La gente diversa son “las personas LGBT+”. O las mujeres. O la gente neurodivergente.

Cosa que no puede estar más lejana de la verdad.

Primero, tomemos en cuenta el concepto de “ser minoría”. Si sumas todas las minorías seguramente encontrarás que hay más gente allí de lo que se considera ser “la mayoría”. O veamos lo que sucede con las mujeres, que se nos suele considerar como un grupo minoritario pero si miras el conteo poblacional latinoamericano hay millones más de mujeres que hombres (varía según el país).

¿Cuál minoría?

Ahora consideremos esto: si andamos por la vida pensando en la diversidad como algo ajeno, pues por supuesto que la solución al problema de la discriminación y el maltrato sería la de tener esfuerzos de inclusión. ¿No?

Sí. Es un acercamiento. Pero ni de lejos es la solución ya que, aparte de buscar tener equipos diversos y multidisciplinarios, también hay que trabajar para eliminar los esfuerzos de exclusión, que rápidamente se hacen presentes en los ámbitos laborales.

Si tu departamento de ingeniería, contabilidad, diseño o mesa de líderes de la empresa, por dar algunos ejemplos, tiene muchos más hombres que mujeres, entonces tu empresa ya colaboró con la exclusión a la mujer. Bien sea de manera premeditada o accidental.

Si no hay nadie abiertamente LGBT+ en tu empresa, dejame decirte que seguramente es por que la cultura laboral les está impidiendo compartir esto y quién sabe qué otras cosas más. Pero ten seguridad que allí están contratados.

Y en el ámbito empresarial, discriminar no es gratis.

La diversidad en el ámbito laboral

Un ejercicio. Ignoremos el factor humano del maltrato y potenciales desatenciones a la dignidad humana. Ignoremos también el bajón en la moral de las personas que no se encuentran discriminadas, pero ven cómo la empresa en la que trabajan maltrata gente arbitrariamente.

Desde lo financiero el despedir a una persona abiertamente LGBT+ genera gastos, y no hablo de lo que se pague por liquidación o costos de cierre. Sino que en esencia se está poniendo dinero para cubrir hoyos de productividad, además de un costo de búsqueda y adquisición de talento y un costo de capacitación, que puede ser tremendamente alto. Y sí, aparte de una liquidación.

¿Cómo no hay más registro, supervisión, documentación y contabilidad empresarial sobre estos gastos?

No es gratis. En cada acto empresarial de simple discriminación, alguien en la empresa optó por pagar para deshacerse de otra persona que bien puede hacer su trabajo y a perfecta capacidad, solo que no les gustó que ese empleado tuviera cierto tipo de pareja. O cómo se vestía. O sus raras ideas diversas.

Imagínate querer ser una empresa disruptiva e innovadora y no abrazar la diversidad como eje central de la cultura empresarial.

Contratar mayoritariamente a hombres para el desarrollo de producto implica que habrá aspectos inherentes a la mujer o a lo que le compete a la gente de géneros no binarios que no se les va a ocurrir a estos equipos de hombres, por muy creativos que sean.

Si tu equipo de trabajo no es diverso, no esperes que tu producto lo sea. Imagina desarrollar en web y no hacer pruebas en múltiples navegadores.

Por esto mismo es que las empresas que son diversas son más rentables.

Una propuesta para fomentar la inclusión

Abracemos nuestras pequeñas o grandes nociones de las minorías a las que podemos pertenecer. Celebremos las etiquetas. Usemos las diferencias como técnicas de intercambio cultural.

Aprendamos que hay un L, G, B, T, T, T, I, Q … y un +. Y mujeres, gente neurodivergente, personas de pueblos originarios, culturas internacionales y formaciones únicas.

El mundo es naturalmente diverso y también lo son las formas en las que aprendemos. Y mientras más nos empapemos del saber identitario, más fácil nos será colaborar.

Por todo lo anterior, te invito a profundizar en estos temas, completando el Curso de Diversidad, Inclusión y no Discriminación.

¿Consideras tu lugar de trabajo un espacio diverso y libre de discriminación? Cuéntanos en los comentarios.

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