Cada vez que termino de escribir algo, por corto que sea, me ataca una duda aguda, intensa, feroz. Se ve como un florero maximalista que resulta excesivo dentro de mi tranquila y ordenada mente: ¿cómo ajusto los detalles ortográficos que no percibo?
Resoplo.
Sin importar qué tanta experiencia acumule escribiendo o editando textos, cada vez que tengo un producto terminado en mis manos lo pienso más de dos veces antes de apretar el botón de publicar, y la razón es que la autoedición es un proceso que tiene sus límites en nuestra propia incapacidad de percibir los errores dentro de un panorama conocido.
Cerca de mi casa, a un par de cuadras sobre la avenida principal, queda una tienda de pandebonos siempre frescos. Es importante que mencione que están siempre frescos porque eso explica que vaya más de una vez algunos días.
Este ejercicio repetitivo, de ir y venir diariamente de la pandebonería a la casa y de la casa a la pandebonería, ha convertido en irrelevantes aspectos del camino que no me afectan directamente para llegar a mi destino –o cumplir mi objetivo–: los huecos al costado del andén, el olor a queso de las tiendas, la estrechez incómoda de la vía. A fuerza de costumbre me he vuelto inconsciente de estas características.
Fin de la historia de pandebonos.
Esto mismo sucede con los errores tipográficos (typos) y gramaticales que pueden –o no– estar en nuestros textos. Cuando pasamos los ojos una y otra vez por el mismo contenido midiendo las palabras correctas, revisando el sentido de las ideas y reescribiendo las líneas que no nos convencen, hacemos del texto un panorama conocido, del que obviamos fácilmente los detalles (la forma) para enfocarnos en la información (el fondo).
Luchar contra esta realidad humana e inevitable no es una opción, pero buscar alternativas que nos permitan disminuir al máximo los errores en nuestros textos es una necesidad. Acá te recomiendo tres herramientas útiles para que lo consigas.
Ortógrafo. Esta herramienta es un corrector ortográfico para textos en español. Además de alertar sobre typos, entrega una serie de opciones válidas para el contexto del contenido que estás evaluando. Algo interesante de esta herramienta es que su vocabulario incluye jerga de toda Latinoamérica.
Documentos de Drive. El buen drive es como los detalles del camino cotidiano: puede pasar desapercibido, pero es una poderosa herramienta a la hora de revisar textos. Es sencilla de usar y ágil en el reconocimiento de typos, errores gramaticales de concordancia de género y número.
LanguageTool. Se trata de un corrector multilingüe al que puedes acceder desde la webapp para revisar y guardar contenido, o que puedes usar como extensión del navegador para evaluar textos desde otras páginas de internet. Permite personalizar el diccionario, revisa puntuación y entrega sugerencias de edición.
¿Qué tal si intentas con las tres para ver con cuál te quedas?
Antes de que te vayas, te invito a que conozcas algo que puede cambiar tu forma de escribir para siempre: sé un mejor redactor, capaz de crear textos para múltiples plataformas virtuales entrando al Curso de Escritura Online.
Nos vemos al otro lado del camino cotidiano.
¡Quiero probarlas todas!
¡Una extensión más a mi navegador, a probarla! (Texto corregido vía LanguageTool).
:muscle
Los voy a probar, muchas gracias por el aporte 😄
LanguageTool es genial, la extensión de Chrome me facilita la vida.
Excelente post, muchas gracias por las 3 herramienteas brindadas.
👏👏👏👏👏
Yo siempre he confiado en el corrector ortográfico de word para mis documentos.