Valiente, arriesgada, empática, inteligente, fuerte. Todos conocemos a una mujer así; quizá es tu hermana, tu mejor amiga, tu novia, tu mamá, tu abuela. Todas ellas podrían crear una compañía propia y dar empleos a muchas otras mujeres talentosas.
Todas tienen grandes ideas, pero muchas tienen miedo. Un síndrome del impostor que están cargando desde pequeñas en la espalda. Porque nos enseñaron a ser perfectas. Nos dijeron que debíamos tener el comportamiento perfecto, el cuerpo perfecto, las calificaciones perfectas, la pareja y la vida perfecta.
Y ahora queremos tener las ideas perfectas. “Si no es con la idea perfecta, no voy a emprender. Aún me falta experiencia. Aún tengo que aprender más del tema. Necesito más tiempo para consolidar al equipo”, nos decimos.
Hoy quiero compartirte las historias de muchas mujeres que han fallado. Mujeres que decidieron ser reales y no perfectas. Mujeres que hoy son la voz de Latinoamérica con sus startups y emprendimientos. Las vidas de quienes me recuerdan que mañana seré yo. Que mañana serás tú. Que mañana van a ser ellas.
Su startup se encarga de llevar conocimiento a través de audiolibros. Pamela tuvo que elegir entre dejar la universidad y perder su beca por levantar un emprendimiento, o abandonar su idea de negocio y quedarse con la incertidumbre de saber si hubiera funcionado.
Su startup revoluciona el pago de nómina en Latinoamérica y se preocupa por la brecha salarial de género. Courtney empezó a trabajar a los 14 años y a los 22 fundó su primera empresa. Desde muy joven descubrió cómo aprender cualquier cosa más rápido.
Su startup busca construir más emprendimientos latinoamericanos.
Gina estudió filosofía y empezó su carrera profesional en en Tumblr. Después le ofrecieron trabajar en Duolingo, dirigiendo el área de Growth. Ahí logró convertirse en VP y extendió el negocio a Latinoamérica.
Si tú eres mujer y me estás leyendo, quiero decirte que ya estás lista para emprender. Tienes todo lo que necesitas para empezar.
No necesitas ser perfecta, nadie lo es. Tampoco tener la idea perfecta, ya irás iterando en el camino.
Si lo piensas bien, seguramente tú conoces a la fundadora del siguiente unicornio latinoamericano. Comparte estas historias con ella, quizá sólo le falta un poco de inspiración para cambiar su futuro y el de nuestra región.
Excelente iniciativa este articulo visto desde la perspectiva de la mujer emprendedora.
una sola palabra… wooooooooooow!!!