Pánico en tiempos de pandemia

Curso de Inteligencia Emocional

Toma las primeras clases gratis

COMPARTE ESTE ARTÍCULO Y MUESTRA LO QUE APRENDISTE

Sufrir de ansiedad y ataques de pánico es una de las lecciones más duras que he tenido que aprender a superar. Me ha enseñado a soltar, a aceptar y a dejar de preocuparme por el pasado o el futuro. Estoy aprendiendo a vivir en este momento.

Un día, sin motivo ni advertencia, una sensación de terrible ansiedad se apoderó de mi. Sentía que no podía respirar, aunque tratara de inhalar. Mi corazón palpitaba muy fuerte y parecía que quería salirse de mi pecho. Pensé que era un infarto. Sudaba y me sentía mareado. No tenía control sobre estos sentimientos y no podía dejar de pensar en que algo malo estaba por pasarme.

Después de lo que parecieron horas, mi respiración regresó a su ritmo habitual y finalmente dejé atrás el miedo y los pensamientos catastróficos. Estaba agotado.

Ese fue mi primer encuentro con los ataques de pánico.

¿Qué me causa tan desagradables sentimientos?

Pero, ¿Qué causa un ataque de pánico? casi cualquier cosa. Los expertos aún no han descubierto su causa. Hay muchos psicólogos, psiquiatras y especialistas investigando las posibles causas de los ataques de pánico.

Algunos dicen que es el exceso de futuro, otros la sobrecarga emocional, piensan que es un padecimiento físico a causa de la carencia o exceso de químicos en el cerebro. Yo creo que los ataques los causamos nosotros sin ser conscientes de ello.

Sistema de defensa

Nuestro cuerpo cuenta con un sistema de defensa muy sofisticado. Este sistema de defensa existe desde que el ser humano deambulaba por el planeta. Cuando los humanos salían a cazar en la época de las cavernas, era muy probable que se encontraran con depredadores como leones, osos, serpientes, etc…

Cuando estaban expuestos a esa situación de peligro, el cuerpo se preparaba para huir. ¿Cómo se prepara el cuerpo para huir? Se acelera la respiración, el corazón palpita más rápido y con más fuerza para bombear suficiente sangre a las extremidades en caso de que haya que huir provocando mareaos por la re distribución de la sangre y la visión periférica se vuelve borrosa, para que los ojos se enfoquen en lo que tenemos enfrente. Ese es nuestro cuerpo cuidando de nosotros.

Si traducimos eso al mundo actual, nuestros depredadores pudieran ser, la renta, el tránsito, los gastos, las inseguridades, el trabajo, etc… son esas algunas de las situaciones que pueden amenazar nuestra tranquilidad.

Covid-19

Hoy sumado a todos los factores diarios que amenazan nuestra tranquilidad, hay uno más, el Covid-19. Los temores y el exceso de información acerca de esta situación son el caldo de cultivo perfecto para agudizar este padecimiento. ¿Ya me contagié? ¿Tengo los síntomas? ¿Tengo olfato? Y un sin fin de preguntas que forman parte de mi rutina todas las mañanas.

Encontrando un poco de tranquilidad

Trabajando dentro de Platzi y observando a su comunidad, colaboradores y estudiantes, he aprendido a tomar lo mejor de cada quien y aplicarlo para encontrar mí ritmo dentro de este mundo. Me ha dado seguridad por que sé que aquí valgo por quién soy y no por mis defectos o flaquezas.

Todos los días son una lucha por aprender a vivir con mí padecimiento y poder controlarlo. Nunca pares de aprender tiene un gran significado para mí, no solo en el ámbito profesional, también en el emocional. Nunca paro de aprender cómo estar mejor.

Si también sufres de este padecimiento, no estás solo. Somos cada vez más los que somos atemorizados por los ataques de pánico. Mis consejos: No pienses demasiado. No te resistas al cambio. El pánico no te resta valor. No te puedes morir por un ataque de pánico. Vale mucho la pena que experimentes meditar, leer, escuchar música, respirar o lo que creas que te hace bien para conocer lo que te funciona contra los ataques de pánico.

Curso de Inteligencia Emocional

Toma las primeras clases gratis

COMPARTE ESTE ARTÍCULO Y MUESTRA LO QUE APRENDISTE

0 Comentarios

para escribir tu comentario

Artículos relacionados