En lo personal, poder permitirse el proceso de entenderse uno mismo en función de cómo trabaja nuestro cerebro: Qué se nos hace “más fácil” o “más difícil”, reconociendo esas fortalezas y debilidades psicológicas nuestras son la piedra angular del resto de sugerencias y buenas prácticas (todas excelentes) que aquí se exponen. Démosle suficiente importancia a esto y sobre todo, entendamos que ha medida que envejecemos, nuestras condiciones van a cambiar también. En algunas cosas seremos mejores y en otras no tanto, por ende, debemos estar adaptando nuestras estrategias psicológicas de productividad a nuestro contexto de vida. Ej. Lo que te resultaba practico y útil en tus años de universidad de seguro no te arrojará los mismos resultados en tu cuarto año en el terreno laboral.
Saludos.