Cómo planificar tu semana por roles

Clase 15 de 27Curso para Líderes en Formación

Resumen

Optimiza tu autoconocimiento con una planificación semanal clara, enfocada y realista. Aquí encontrarás un método práctico para gestionar el uso del tiempo, alinear tus roles con objetivos concretos y convertir la reflexión personal en un hábito que fortalece tu liderazgo.

¿Cómo transformar el uso del tiempo en autoconocimiento y liderazgo?

El tiempo no se controla, pero sí su uso. La clave es elegir con intención dónde pones tus horas para cultivar las cuatro dimensiones del ser de Stephen Covey: físico, mente, emocional y espiritual. La agenda “ideal” con bloques equitativos es atractiva, pero impracticable; en la vida real, el trabajo suele desplazar el descanso, los hobbies y la reflexión.

  • Recurso no controlable: el tiempo pasa.
  • Recurso controlable: el uso del tiempo.
  • Cuatro dimensiones del ser: físico, mente, emocional y espiritual.
  • Agenda ideal irreal: ocho horas para descanso/ejercicio, ocho para trabajo/estudio, ocho para vida social/hobby y ocho para meditar/contemplar.
  • Agenda real: menos descanso y ejercicio, trabajo que copa el estudio, vida social presionada y mínima reflexión.
  • Objetivo: crear espacios personales de autoconocimiento que potencien habilidades de liderazgo.

¿Qué obstáculos aparecen en la agenda real?

  • El trabajo invade estudio y vida personal.
  • El descanso y el ejercicio quedan relegados.
  • La meditación y la contemplación casi no existen.
  • Falta una mirada integral por roles y objetivos.

¿Qué pasos seguir para una agenda semanal consciente?

El ejercicio se apoya en una guía práctica. La secuencia propone definir roles, fijar objetivos y asignar tiempo en una grilla semanal para visualizar prioridades y evitar superposiciones. Así reservas minutos para la reflexión y la revisión diaria como parte de tu autoconocimiento.

  • Identifica tus roles: trabajador, empresario, padre, hermano, amigo, tú mismo.
  • Escribe tres objetivos semanales por cada rol.
  • Usa una grilla semanal y asigna bloques a cada objetivo.
  • Verifica visualmente prioridades y evita que un rol desplace a otro.
  • Reserva tiempo para prácticas de reflexión: meditar, contemplar o una revisión diaria.

¿Cómo definir roles y objetivos sin perder foco?

  • Enumera los roles reales de tu semana, no los ideales.
  • En cada rol, redacta objetivos concretos para los próximos días.
  • Asigna bloques específicos en el calendario y protégelos.
  • Ajusta cuando veas choques entre roles, no lo dejes a la improvisación.

¿Cómo convertir la planificación en un hábito con la pirámide?

Para que no sea un ejercicio aislado, usa la pirámide y léela de base a cumbre. Sirve para crear tu agenda y para auditar dónde falló: en ejecución, planificación, objetivos o propósito. Así transformas la planificación en un hábito semanal real.

  • Rol y propósito: define qué rol asumes y cuál es su propósito.
  • Valores: aclara qué te importa y a qué apuntas.
  • Objetivos: traduce el propósito en metas alcanzables.
  • Planificación semanal: reserva tiempo para esos objetivos.
  • Planificación diaria: concreta acciones cada día.
  • Ejecución: cumple lo planificado.

¿Cómo detectar fallas y ajustar a tiempo?

  • Si no cumpliste, revisa si fue falla de ejecución.
  • Si el día no alcanzó, revisa planificación diaria y semanal.
  • Si los logros no suman, quizá definiste mal los objetivos.
  • Si no te motiva, el propósito o los valores no están claros.

Cuéntame: ¿qué roles incluirás esta semana y qué tres objetivos te propones en cada uno?