Liderazgo de conocimiento vs liderazgo de principios

El liderazgo efectivo se reconoce por su capacidad de convertir una visión en realidad dentro de un contexto organizacional concreto. No ocurre aislado: responde a una cultura, a una historia y a conversaciones que dan sentido a lo que se hace. Con esta base, se presentan dos enfoques aplicables según la situación: el liderazgo de conocimiento de Warren Bennis y el liderazgo de principios de Stephen Covey, ambos centrados en influir con claridad, priorizar y ejecutar.

¿Qué supuestos clave definen el liderazgo y el contexto?

El punto de partida son tres supuestos poderosos que dan marco a la práctica diaria:

• Las organizaciones como seres vivientes: tienen historia, relatos y dinámica propia. Influyen en cómo se actúa y decide.
• El liderazgo como conversación: la influencia se ejerce conversando, también mediante lo no verbal, y con un diálogo interno que guía al propio líder.
• El estilo según el contexto: el momento y la situación de la organización condicionan el estilo de liderazgo más adecuado.

¿Por qué la conversación potencia la influencia?

Porque permite construir una historia compartida que moviliza. Comunicar con claridad, leer el lenguaje no verbal y sostener un diálogo interno honesto fortalecen la motivación, la delegación y la coordinación con otros.

¿Cómo es el modelo de liderazgo de conocimiento de Warren Bennis?

Warren Bennis resume el liderazgo así: «el liderazgo es la capacidad de traducir la visión en realidad». Este enfoque describe a un líder que domina su negocio, piensa en abstracto y estrategia, y aterriza lo complejo en acciones concretas. Sus rasgos y comportamientos clave incluyen:

• Competencia técnica fuerte: conoce el negocio y habla con autoridad de causa.
• Pensamiento abstracto y estratégico: extrapola ideas y las baja a lo concreto.
• Legitimidad por la experiencia: su historia validada respalda decisiones y comportamientos.
• Habilidad interpersonal y comunicación clara: se hace entender y alinea a otros.
• Capacidad de motivar y delegar: distribuye responsabilidades y confía en el equipo.
• Lectura del lenguaje no verbal: influye también más allá de las palabras.
• Identificación de talentos: reconoce potencial de liderazgo en otras personas.
• Criterio de experto: sintetiza problemas complejos en soluciones simples.
• Carácter forjado: integra valores y consistencia como parte de su identidad.

¿Qué habilidades prácticas refuerzan este modelo?

• Profundizar la competencia técnica y el entendimiento del negocio.
• Entrenar síntesis para resolver lo complejo con soluciones claras.
• Mejorar comunicación, delegación e identificación de talento.
• Consolidar carácter y coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

¿Qué propone el liderazgo de principios de Stephen Covey?

Stephen Covey define el liderazgo como «transmitir a las personas su valía» de forma tan nítida que ellas la reconozcan en sí mismas. Además, lo efectivo es «poner primero lo primero»: prioridad y ejecución. Su modelo se organiza en cuatro dimensiones del ser: cuerpo, mente, corazón y espíritu.

• Necesidades:
• Cuerpo: bienestar y desarrollo físico.
• Mente: curiosidad y aprendizaje continuo.
• Corazón: amor como valor superior y vínculo con otros.

• Espíritu: trascendencia y deseo de dejar un legado.

• Inteligencias a ejercitar:

• Física: entrenamiento y cuidado del cuerpo.
• Intelectual: lectura y práctica para aprender mejor.
• Emocional: manejo de emociones para liderar con efectividad.

• Espiritual/meditativa: cultivar presencia y sentido.

• Atributos a cultivar diariamente:

• Cuerpo: disciplina, hábito, constancia.
• Mente: visión de futuro y creatividad.
• Corazón: descubrir la pasión que moviliza.

• Espíritu: conciencia de quién soy y para qué actúo.

• Voces internas que orientan:

• Cuerpo: pide salud y equilibrio.
• Mente: demanda desarrollar talento y potencial.
• Corazón y espíritu: alinean lo que apasiona con lo que es bueno hacer, integrando un juicio moral para la convivencia.

¿Cómo evoluciona la autonomía hacia la cooperación?

El camino pasa de la dependencia a la independencia (autogestión) y culmina en la interdependencia: colaborar con otros desde la propia responsabilidad y el respeto por el contexto y la cultura.

¿Con cuál idea te quedas y cómo la aplicarías en tu organización o emprendimiento? Comparte tu experiencia y suma tu perspectiva en los comentarios.