Aprender a vivir con una discapacidad significa tener que aprender a convivir con una misma, reinterpretar el papel que tiene la sociedad en mi vida y saber diferenciar entre los prejuicios en los que muchas veces me veo envuelta por lo que soy en realidad. Una tarea nada sencilla. Estas y muchas más son las palabras de Lucía Lozada, una mujer muy tesa y con una personalidad arrolladora en su paso por La Eme.

Lucía es una mujer que así como hay mujeres con el cabello rizado o mujeres con pecas ella tiene una característica particular: es ciega. Sin embargo, durante sus 24 años ella se reconoce como alguien discapacitado, en masculino, porque a las mujeres que tienen una discapacidad prácticamente las han invisibilizado. Hacia las mujeres ciegas hay ciertos estereotipos con los que se debe cargar, hay roles sociales que deben “llenar” y que no te permiten entenderte y reconocerte también como mujer. Comentarios como:
- “No te sirven los ojos”
- “No importa cómo te vistas porque eres ciega, no puedes verte”
- “No estás bien”
generan una crisis de identidad profunda. Lucía era una mujer a la que se le había negado ser mujer.
Nosotros empezamos perdiendo porque siempre llegamos atrás.
Nadie quiere vivir una discapacidad, nadie quiere estar incompleto y las demás personas buscan ocultar tu discapacidad, dejar de ver a la persona detrás porque es que nadie quiere verse reflejado en ellos. “De discapacidades no se habla y además se nos niega el género”. Hoy en día existimos en un mundo que se las da de ser muy incluyente pero que te etiqueta si eres diferente. Cuando Lucía cursaba su maestría fue el detonante y entendió lo que era ser no alguien con discapacidad sino una mujer ciega.
Se cree que las personas ciegas somos super dependientes y más las mujeres.
En palabras de Lucía “Las personas te comparan todo el tiempo y necesitamos aprender que todos somos de distintas formas, todos aprendemos e interactuamos de distintas formas. Como somos ciegas quién te va a querer, cómo vas a ser mamá. Nos han enseñado que tenemos que ser heroínas para cumplirlo todo y no hemos reivindicado la vulnerabilidad que como seres humanos tenemos y podemos echar mano de ella cuando se necesite. Nos preocupamos por las diferentes y no por las diferencias. Se nos ha obligado a vivir para que se funcionalicen nuestros ojos, nos enseñan a pelear contra nuestra discapacidad. No está mal no ver con los ojos, que es otra posibilidad de vivir. No está mal no caminar sino rodar, es simplemente otra posibilidad.”
Entonces, ¿cómo enseñamos a convivir con la discapacidad?
Aquí te compartimos unos tips para que aprendas a naturalizar la interacción con personas con discapacidad:
- Habla directamente con la persona. No uses intermediarios para conocer sus opiniones o sus gustos.
- Con una persona sorda no grites, con una persona ciega no señalen, no los agarren de la ropa es preferible que le indique.
- Antes de decidirte por ayudar a alguien, pregúntale si necesita o quiere tu ayuda.
- Nadie es ineducable. Todes podemos aprender y aportar desde nuestras diferencias.
Empecemos a crear escenarios distintos para hablar sobre las diferencias y no sobre los diferentes.
Recomendaciones
- Te dejamos una clase abierta del curso en donde Lucía es profe en platzi.com/conoce30
- Libro: Feminismos andantes.
- Libro: Minúsculas gotas de paz, de Pedro Campos.
- Redes de Vbraille
- Libro: Lo sensibles no nos quita lo chingonas de Romina Sacre.
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Curso de Diseño de Experiencias de Aprendizaje para Personas en Condición de Discapacidad