La Técnica Pomodoro fue creada en la década de los 80 por el estudiante italiano Francesco Cirillo, quien quería aumentar su rendimiento académico y su nivel de concentración durante las sesiones de estudio.
¿Cómo lo hizo? ¡Muy sencillo! Dividió su tiempo de estudio en periodos de 25 minutos, que alternaba con pequeños descansos de 5 minutos. Además, tras cuatro periodos de 25 minutos, es decir, cada dos horas, hacía un descanso más prolongado, de unos 15 o 30 minutos.
Para medir dichos periodos de tiempo, utilizó un reloj de cocina con forma de tomate (pomodoro en italiano), de modo que cada uno de los 25 minutos que cronometraba correspondían a un pomodoro.
La gran ventaja de utilizar la Técnica Pomodoro es que, además de ser muy fácil de poner en práctica, nos obliga a dividir el tiempo en pequeños bloques. Esto es beneficioso para:
Aumentar la concentración y la agilidad mental.
Aumentar la motivación.
Ser conscientes del tiempo que dedicamos a llevar a cabo nuestras tareas.
Ser más organizados y planificar mejor nuestro día a día.
Evitar la procrastinación.
Reducir el estrés y la ansiedad.
Reducir la tensión y la fatiga.
Controlar la frustración.
Ahora que conoces esta técnica, ¡es hora de ponerla en práctica! ¡empieza a gestionar tu tiempo con eficacia! ¿Ya has buscado el reloj para cronometrar tu tiempo de concentración?
Fascinante… esto puede convertir las horas de estudio en algo mas fácil y que parecerá menos estresante