<h3>“Si no lo puedes explicar de forma simple, no lo entiendes suficientemente bien”</h3> <h4>- Albert Einstein</h4>
La enseñanza es una de las actividades más provechosas para desarrollar tu conocimiento. Cada vez que compartes con otros, pones a prueba tu formación y refuerzas lo que sabes. En pocas palabras, enseñar es una forma de efectiva de aprender.
Pero, es entendible que te imponga algo de miedo la idea de dar una clase. ¿Te has visto a ti mismo decir algo como “no sé hacerlo”, “no soy bueno hablando” o “no tengo talento para enseñar”?
Te contaré un secreto: si tienes la capacidad de comunicarte, puedes enseñar. Pero como cualquier habilidad, requiere de preparación y práctica para perfeccionarlo. Esto no sólo te convertirá en un mejor maestro, sino que te ayudará a mejorar tus habilidades blandas y de comunicación, las cuales, te serán útiles en cualquier ambiente en el que te desempeñes.
Por ello, comparto contigo los siguientes consejos, que te ayudarán a mejorar tus habilidades en la enseñanza. Esto funciona tanto para impartir una clase, como para aclarar una duda en 2 minutos:
Estudia y prepárate
Entre más domines un tema, más sencillo será identificar qué recursos e información es la adecuada para explicarlo.
Además, te sentirás más seguro al hablar, sabiendo que tienes un respaldo académico que sustente tus aseveraciones.
Recuerda que, detrás de una gran clase o conferencia, hay tiempo invertido en preparación y estudio.
Ponte en el lugar de tu audiencia
No todos tienen el mismo contexto cultural que tú. Debes entender qué conocimientos puede tener (o carecer) la persona a la que le intentas enseñar, para evitar omitir información relevante.
En algunos casos, es recomendable poner en contexto antes de tu explicación para evitar confusiones (Ejemplo: para presentar cómo almacena datos una computadora, el contexto es explicar qué es un disco duro).
Se conciso y simple
Una vez que defines cuál es la información necesaria para el tema que desarrollarás, omite declaraciones adicionales. Demasiados datos podrían distraer la atención de la audiencia y obstaculizar su entendimiento.
Algunas veces, nuestra inseguridad nos hace pensar que hablar mucho refleja más experiencia. En estos casos, recuerda que menos es más.
Explica sólo un tema a la vez
Siguiendo el punto anterior, enfócate en explicar y dejar clara una única temática, sólo responde una pregunta a la vez.
Hablar sobre varios temas simultáneamente resultará confuso, sobre todo si tu audiencia no está familiarizada con lo que estás hablando. Da la oportunidad de comprender por completo una cuestión antes de avanzar a otro tema
Busca referencias familiares a la audiencia
Utiliza analogías que sean entendibles por la mayoría de las personas, a fin de que les sea más sencillo entender lo que intentas comunicar. Los sucesos de la vida cotidiana son una buena opción, ya que un alto porcentaje de la gente los reconocerá.
Si hay un tema que ambas partes conozcan, puedes usarlo como punto de encuentro para crear analogías más efectivas (Ejemplo: comparaciones con personajes o eventos de películas).
Se humilde
El tomar el papel de enseñante no te hace superior a los demás. Esas actitudes pueden reflejarse en tu expresión y provocará que la otra persona esté menos dispuesta a escucharte. Nadie quiere sentirse menos que otro.
No tengas miedo a las dudas
En ocasiones, parecerá que creas más dudas de las que resuelves. Eso es una señal de que estás mejorando como maestro.
El humano es un ser curioso por naturaleza. Si impartes conocimiento, despertarás un hambre de aprendizaje en la otra persona, lo que se verá reflejado en tener interrogantes sobre diferentes tópicos. Aprovéchalo como una oportunidad de poner en prácticas tus capacidades, y piensa que si la gente no creyera que puedes responderles, no te preguntarían.
Enseñar es parte de un ciclo virtuoso en el cual, el conocimiento crece al ser compartido. Atrévete a exponer lo que sabes, por cualquier medio que tengas disponible. En poco tiempo, tú mismo podrás ver los beneficios de educar a otros.
#nuncaparesdeaprender, y por lo tanto, #nuncaparesdeenseñar.
<h3>ACTIVIDAD ADICIONAL</h3>Tomate unos minutos y responde la siguiente pregunta:
¿Cómo le explicarías a una persona de los años 50’s qué es un celular?
Aunque suene algo sencillo, trata poner en práctica cada consejo de esta publicación.
En el siguiente enlace, encontrarás un ejemplo. No tengas miedo de diferir y hacerlo a tu manera. Desarrolla tu propio estilo de enseñanza.