Paso 1: Ten tus objetivos y metas claras.
Cuando tienes tus objetivos y metas claras, es mucho más fácil entender el por qué de lo que estás haciendo. Esto te ayudará a mantenerte enfocado, especialmente en esos días en los que la pereza quiera ganar.
Paso 2: Crea disciplina.
La disciplina te ayudará cuando la motivación no está. Elige un momento del día en el que puedas dedicar un tiempo específico al estudio. Puedes comenzar con un período de tiempo no muy largo, pero asegúrate de cumplir con ese horario la mayor cantidad de días posible según lo planeado, para poder realizar tu actividad de manera constante y formar un hábito. Poco a poco, podrás aumentar el tiempo hasta alcanzar un resultado con el que estés satisfecho.
Paso 3: Ten paciencia.
A veces nos emocionamos y establecemos metas muy ambiciosas. Debemos tener en cuenta que adquirir una nueva habilidad a veces toma mas tiempo del que nos gustaría. Puede ser un poco frustrante, pero no debes aumentar el ritmo descuidando la calidad del estudio. Ten paciencia y verás cómo poco a poco mejorarás.
Paso 4: Diviértete y sueña en grande.
Aunque es importante ser realista con respecto a tus metas y objetivos, no olvides que pequeñas acciones pueden llevarte a logros significativos. Ten presente todas las cosas grandiosas que puedes alcanzar al aprender un nuevo idioma y disfruta del proceso de aprendizaje.
