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De Desinteresado a Apasionado: ¿Cómo cambiar tu percepción sobre el Inglés?

Durante muchos años, desde el periodo de mi bachillerato, siempre tuve una percepción negativa del aprendizaje del inglés. Creo que esto se debe a que en ese tiempo tenía mi clase de inglés como algo aburrido, de rutina y una docente no muy carismática para transmitir sus conocimientos. Me limité a cumplir con lo básico para aprobar las asignaturas y obtener mi título de bachiller. En mi periodo universitario, esta percepción continuó; mi mente se enfocó en cumplir con el inglés para poder obtener mi título profesional. Sin embargo, al iniciar este año y al analizar mi vida, junto con aquellas cosas con las cuales (para mí) tenía una deuda histórica y personal, me impuse como meta “aprender inglés”. Pero para ello, tenía que desvincular todo lo que había asociado de manera negativa durante años al aprendizaje del idioma y quitar ese chip de mi cabeza que asociaba la palabra “inglés” a la palabra “aburrido”. Pero… ¿Cómo logré esta hazaña?

En este tutorial, te explicaré cómo lo hice:

Paso número uno: ¿Por qué aprender inglés?
Dice el proverbio chino: “El viaje de mil millas comienza con un primer paso” - Lao-Tse. Jejeje, lo normal es que ese primer paso sea obligado. Como expliqué anteriormente, quería saldar esa deuda histórica a nivel personal que tenía con el idioma, pero obviamente debía seguir dándome razones para tener mi motivo para aprender inglés. Empecé a buscarla dentro de aquellos pilares básicos que comprenden mi vida.

  • Comencé por lo personal. En este caso, mi hijo mayor es un fanático del idioma y lo practica en una plataforma gratuita con un búho de color verde. Muchas veces, él me preguntaba cosas que me hacían sentir mal al no tener una respuesta (uno como papá a veces quiere tener respuesta para todo). Así que surgió mi segundo motivo: “Aprender para enseñarle a mi hijo” o al menos no quedar como una hoja en blanco ante cualquier pregunta.

  • En lo profesional, no se puede negar que a nivel laboral, el inglés abre muchas puertas. Además de darnos la facilidad de desenvolvernos mejor si vamos a algún país angloparlante. Pero en este caso, lo vi como una oportunidad de darle a mi actividad un valor agregado.

  • A lo anterior le sumé el reto de llegar a un nivel determinado en el idioma con una fecha concreta, algo que en sí mismo es un desafío personal. Porque me da la posibilidad de tener esa aura de “Yo puedo” y recordarme esto cada mañana.

Paso número dos: Romper ideas preconcebidas.

Para mí, mis clases de inglés eran aburridas, esas clases que duraban una hora pero que en mi percepción parecían de dos jejeje. Obviamente, al no tener una meta y no tener motivos para estudiar, me resultaba más entretenido esperar en mi servicio de salud durante mucho tiempo que estar en clase de inglés.

Pero esto se debía a que no me consideraba bueno estudiando idiomas y que la metodología de mi docente (sobre todo en bachillerato) no ayudaba. Esto me llevó a entender que no sabía cómo aprender; mi percepción era que aprender comprendía asistir a una clase y ya. Por lo tanto, tomé la decisión de sumergirme en el idioma, aprender canciones, ver películas o videos en YouTube, pensar en inglés, indagar términos, etc., ir más allá de una clase y vivir el idioma día a día.

Otra idea preconcebida era el tema de la pronunciación y mi acento (colombiano – rolo). Aprender a hablar implica aprender a escuchar, educar tu oído, y aunque para algunos sea básico, para mí no lo era. Así que el tema de escuchar música y ver películas o videos me ayudó bastante. Además, aprender a pronunciar no es de un día para otro, así como no lo es aprender un idioma. Para romper esta idea, me remonté a mi infancia, cuando aprendí a manejar o montar bicicleta. Recordé que en mi proceso cometí muchos errores, me rasguñé las rodillas y los codos, pero después de un gran esfuerzo y práctica lo logré. Para contrastar mi experiencia, indagué sobre el proceso de aprendizaje de montar bicicleta de mis conocidos, y adivinen… prácticamente tenían la misma experiencia que yo: “Para aprender hay que cometer errores”. Sumado a eso, llegué a la conclusión de que debemos practicar, nadie aprende a manejar bicicleta mirando solamente.

Estas conclusiones las apliqué a mi aprendizaje del idioma. No puedo creer que algo tan básico en ese momento fuera una revelación para mí. Ahora aprendo y entiendo que el proceso conlleva cometer errores, poner en práctica mis conocimientos. Esto cambió mi percepción del aprendizaje del inglés; todos los días me sumerjo en las ansias de aprender algo nuevo y de poder aplicarlo.

Paso número tres: Nunca dejar de aprender, nunca quedarnos quietos.
“Si no puedes volar, corre. Si no puedes correr, camina. Si no puedes caminar, gatea. Pero hagas lo que hagas, siempre sigue hacia adelante.” - Martin Luther King Jr.

Para concluir, más allá de ser un tutorial, esto es una experiencia de vida que espero te anime a cambiar tu mentalidad y a buscar tu propio camino en el aprendizaje del inglés.

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