Bill Hwang es, o mejor dicho, era el hiper multimillonario más grande del que jamás habías escuchado hablar. Si este hombre hubiera decidido detener su esquema de inversión tan solo unos días antes, hoy gozaría de una fortuna aproximada superior a los 20 mil millones de dólares. Nada mal para una sola persona.
Como referencia, mi país entero, Ecuador, tiene un producto interno bruto (PIB) de USD 100 mil millones. Y somos 17 millones de habitantes.
¿Cómo es que alguien llega a acumular una fortuna tan colosal para luego perderla en tan solo dos días? Tengo dos palabras para ti: Wall Street.
Este emblemático nombre, asociado a historias de grandes riquezas y masivos fraudes, casi indistinguibles unas de otros en ocasiones, es una vez más protagonista de un aparatoso desenlace.
Hwang, inmigrante coreano-estadounidense, fue un punto de su carrera un cachorro de tigre, término empleado para los protegidos del fundador de Tiger Management, Julian Robertson. Uno de los personajes más respetados de la bolsa de valores de Nueva York. Hwang empezó a dirigir su propio fondo de inversión, llamado Tiger Asia Management. En su apogeo, la empresa acumuló más de 10.000 millones de dólares en activos, según Bloomberg.
Sin embargo, poco después, Hwang fue objeto de una investigación por parte de los reguladores de valores de la SEC (Securities Exchange Comission) en Estados Unidos, que le acusaron de utilizar información confidencial de ofertas de colocación privada para hacer short selling (la forma más sencilla de explicarlo es apostar en contra de) tres acciones de bancos chinos. Tras resolver las demandas y pagar más de 60 millones de dólares en multas e indemnizaciones, Hwang cerró Tiger Asia y abrió **Archegos ** como family office (una figura legal dentro de la legislación norteamericana).
Según declaraciones de personas allegadas a él, Hwang es una persona profundamente religiosa y en varias ocasiones recurría a su fe para explicar las decisiones de su cartera en Archegos, que consistía en inversiones en grandes empresas tecnológicas como Netflix, Amazon, LinkedIn y Facebook. A medida que crecía su participación en su círculo religioso, también lo hacía su actividad comercial.
A pesar de su anterior roce con la SEC, prestamistas como Credit Suisse y Morgan Stanley siguieron asociándose con él, todo ello mientras Hwang negociaba en secreto y cada vez más a través de acuerdos de intercambio y aumentaba su apalancamiento en las mismas acciones, como las de ViacomCBS y Discovery, a las que algunos de sus bancos le habían expuesto.
En 2017, Archegos tenía aproximadamente** 4.000 millones de dólares** de capital. Unos años más tarde, Hwang fue capaz de aumentar su patrimonio neto de 10.000 millones de dólares a 50.000 millones, según recogió el New York Post.
Pero las cosas tomaron un desastroso giro a finales de marzo, cuando ViacomCBS, por la que Archegos había apostado masivamente y triplicado sus acciones en cuatro meses, vio cómo su oferta de acciones de 3.000 millones de dólares a través de Morgan Stanley y JPMorgan se desmoronaba. Eso, a su vez, llevó a algunos de los brokers con los que la empresa se había apalancado a buscar salir frenéticamente de las posiciones que poseían en nombre de Archegos.
Aunque Morgan Stanley, Goldman Sachs, Deutsche Bank y Wells Fargo consiguieron salir relativamente ilesas, otros, como Credit Suisse, Nomura y Mitsubishi UFJ Financial Group Inc., tuvieron menos suerte. Sólo Nomura perdió aproximadamente 2.000 millones de dólares y Credit Suisse más de 4.000.
En total, los bancos de Wall Street que se habían asociado con Archegos habrían liquidado activos por un valor de 20.000 millones de dólares.
“Este es un momento difícil para la oficina familiar de Archegos Capital Management, nuestros socios y empleados”, dijo Karen Kessler, portavoz de Archegos, tras una de las mayores y más rápidas pérdidas financieras de la historia. “Se están discutiendo todos los planes mientras el señor Hwang y el equipo determinan el mejor camino a seguir”.
