Camilo, bienvenido a la comunidad de Platzi. Me emociona mucho poder hablar contigo de cripto arte, NFT e impacto social.
Creo que eres un ejemplo increíble de ello y cómo a través de esta tecnologías disruptivas propuestas de impacto social nos enseñan cuanto potencial tiene el ecosistema.
Te haré algunas preguntas para que podamos conocer más de ti, de tu arte, pero también aprender contigo.
Alguien me dijo alguna vez que mi obra era un acto de bullying. Cuando niño era muy bully, con el paso de los años he dejado de serlo y creo que llevé el bullying a mi trabajo artístico: busco hacer obras que incomoden.
Soy un artista que busca generar conversaciones, incomodar, hacer que la gente parpadee, mire dos o tres veces algo y se genere preguntas, en especial con un tema que atraviesa toda mi obra: la guerra contra las drogas, una guerra que, en lo personal, considero completamente absurda y determinante para el presente y futuro de Colombia.
La Mona Lisa es un NFT, por ejemplo, algo irrepetible. En el mundo digital es difícil garantizar que algo no se repita, pero gracias a la tecnología blockchain, se puede garantizar la propiedad de un bien digital repetible con una especie de contrato inteligente.
Empecé a ver el tema en la prensa y luego, por casualidades, conocí a un experto en criptomonedas que me habló de ese mundo y me explicó todos los pormenores.
Con esa primera charla, estuve un par de noches rumiando el tema hasta que se me ocurrió toda la idea de mi proyecto, a ToN oF coke, la primera tonelada de cocaína que puede venderse y comprarse de manera legal gracias al blockchain.
Como lo dije, toda mi obra está centrada en generar conversaciones e incomodidad sobre la guerra absurda que hay contra las drogas.
Al ver cómo la tecnología blockchain puede garantizar la propiedad de cosas que no existen en el mundo real, me pareció que era ideal para generar en las personas el dilema ético de comprar un kilo de cocaína de manera completamente legal: la fantasía de que el FBI llegue a mi casa a capturarme y no encuentre nada.
Porque todo está en el blockchain, porque la cocaína realmente no está, pero sí existe un contrato inteligente que dice que soy el autor de una toneladas de paquetes de coca y que los he estado vendiendo durante meses.
El camino recorrido hasta aquí: vengo de una familia de ingenieros, estudié ingeniería mecánica un poco por inercia familiar y nunca pensé que iba a terminar metido en el mundo del arte. Mi primer acercamiento fue con la fotografía, me apasioné mucho con ella, empecé a hacer obras de arte en fotografía, pero tenía la necesidad de trabajar e, incluso, fui fotógrafo de matrimonios.
En un momento pensé que me hacía falta una comunidad de artistas para poder dialogar, un ecosistema creativo que me incomodara y me retara a descubrir otras cosas. Me gané una beca Fulbright y me fui a CalArts, una universidad en California especializada en generar crisis existenciales en sus estudiantes.
Allá sufrí mucho y terminé enfrentado con algo que había postergado durante mucho tiempo: curar mi trastorno de ansiedad con la ayuda de drogas psiquiátricas. Tenía la idea de que el artista debe sufrir para crear, pero en California toqué fondo.
Empecé a dibujar en papel, algo que nunca había hecho, rompía el papel por la torpeza de mis trazos, y poco a poco, en medio de esos rayones y rotos, fui encontrando un nuevo lenguaje: el dibujo.
Algunos profesores me decían que no sabían para dónde iban esos dibujos, pero yo les dije que no me importaba, que por primera vez era feliz haciendo algo. Me gradué y conocí a un galerista, Steve Turner, muy reconocido en la escena artística de Los Ángeles y con quién he tenido una excelente relación.
Salir de esa crisis y los resultados de ello es, quizá, lo que más me ha impactado.
El de crear nuevos mundos. Tan simple como eso. Hacer realidad lo que los artistas de todos los campos han deseado y buscado desde que se hacían dibujos de venados en las paredes de una caverna.
Completamente. Todavía es muy pronto para decirlo, pero los NFT y las tecnologías aplicadas en ellos abren un mundo de posibilidades que todavía nos falta por entender.
Los NFT plantean la existencia de un mundo paralelo y replantean la propiedad privada. Es decir: los NFT plantean esa fantasía de películas como Fight Club, en donde se iban a dinamitar todos los bancos para borrarlo todo y “resetear” la humanidad.
No estoy diciendo que eso pueda pasar, pero las aplicaciones de esa tecnología son inmensas y es clave entenderlas antes de que sea demasiado tarde.
En mi página de OpenSea https://opensea.io/collection/a-ton-of-coke. En mi web https://camilorestrepo.co/ y en redes sociales soy muy activo en Instagram https://www.instagram.com/camilorestrepo.co/
Wow, grandioso muchas gracias. Sé que seguiremos escuchando de ti y precisamente de los NFT como tecnología disruptiva que vino a cambiar muchas cosas.
Cryptocositas
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muy interesante esto de los NFT 👏
Impr-Pant y salió xDD
Excelente entrevista. Muestra las posibilidades del arte y de la cultura dentro de una red descentralizada propiciada por las tecnologías blockchain. Más cuando el valor simbólico de esos objetos incomoda.