Permíteme iniciar este texto con un cliché: “La organización es necesaria para todo”. No por ser cliché es falso (de hecho, los clichés usualmente lo son porque esconden al menos algún grado de verdad), pero existe una paradoja curiosa: si esta es una idea con la que la mayoría de las personas coincidimos, entonces, ¿por qué es tan difícil organizarse?
Cuando pensamos en la habilidad para organizarnos, solemos pensarla como una cosa rara, casi genética: o eres una persona organizada o no lo eres. Y, además, solemos realizar asociaciones curiosas: una persona organizada es una persona que tiene todo ordenado, o que siempre tiene tiempo para todo, o que nunca se queja de nada.
Nada de esto es verdadero por sí mismo. Puede que sea real para algunas personas, pero no significa que sea real para lo que implica en sí la organización.
¿Qué es la organización?
En realidad, la organización es una habilidad compuesta por otra serie de habilidades que pueden ser alteradas por varios factores como el estrés, el hambre, la motivación, la energía física y emocional que dediques a ciertas actividades, algunas enfermedades mentales e incluso neurodivergencias como el déficit de atención, entre otras cosas.

¿La motivación se relaciona con la organización? Cómo conseguí recuperar mi habilidad
Te voy a poner un ejemplo un poco personal para que veas a lo que me refiero.
A los pocos meses de haber iniciado la pandemia, perdí toda mi capacidad de organización. Quisiera estar exagerando o dramatizando, pero no: literalmente me volví incapaz de leer un libro de principio a fin, terminar una película, salir a caminar, entregar las cosas a tiempo, planear adecuadamente la lista del súper, vaya, todo. Y estoy hablando de cuestiones de ocio, porque de trabajo ni se diga. Era como si de repente se hubiera apagado un motor en mi cerebro y me fuera muy difícil concentrarme y motivarme a hacer las cosas que quería.
Existe algo llamado funciones ejecutivas. Las funciones ejecutivas son la serie de habilidades que se requieren para llevar a cabo una acción. Estas funciones pueden ser alteradas fácilmente por el estrés y pues… resulta que una pandemia es una cosa muy estresante.
Pasé varios meses culpándome a mí mismo. Soy una persona acostumbrada a malabarear varias actividades laborales, sociales y de ocio al mismo tiempo y siempre me sentí orgulloso de tener esa capacidad. Así que al perderla, sentí como si hubiera perdido una parte esencial de mi identidad, como si de repente yo estuviera fallando. Y por más que me lo recriminaba y por más que intentaba solucionarlo, no lo lograba.
Malamente nos hemos acostumbrado a pensar en la organización de esta manera, como si fuera una cosa enteramente de fuerza de voluntad. No es raro ver a influencers en redes sociales que repiten una y otra vez distintas variaciones del mismo discurso echaleganista que centra todo el peso en “¡Sonríe, levántate, haz lo que tienes que hacer y listo!” Estos discursos pueden estar bien para algunas personas, supongo, pero eso no significa que sean ciertos. Todo lo contrario: no consideran la complejidad de cómo funciona en realidad nuestro cerebro.
Qué acciones tomé para organizarme y mantener mi motivación
Los procesos mentales detrás de una adecuada organización no dependen enteramente de la fuerza de la voluntad, sino que funcionan como una especie de máquina que puede desmenuzarse y comprenderse para aprender a gestionar de una forma adecuada.
Considerando esto, brincando el bache inicial, me pregunté: ¿Qué estaba ocurriendo conmigo? ¿Qué funciones específicas de mi mente se habían alterado? ¿Qué acciones específicas podía tomar para recuperar poco a poco eso que perdí?
Y después de un proceso en donde mezclé psicoterapia y diversas estrategias dirigidas a entender y recuperar control sobre mis funciones cognitivas, llegué al punto de poder decirme a mí mismo: “mira, hasta un curso en Platzi armé”.
Y es justo a ese curso al que te quisiera invitar ahorita, titulado Estrategias para la productividad y organización. En este curso te voy a enseñar diversas técnicas que puedes aplicar de forma inmediata para aprender a organizarte de mejor manera, considerando los procesos de atención y motivación del cerebro. Y qué crees: si eres una persona neurodivergente, como yo, encontrarás también técnicas que han sido diseñadas considerando distintas necesidades, para que pueda ser provechoso a todas las personas.
Curso de Productividad y Organización