Los security tokens son criptoactivos similares a las acciones tradicionales porque representan valores financieros, pero con un giro de seguridad interesante: están bajo el radar de regulaciones bastante estrictas.
Estos tokens, que pueden adoptar formas de deuda, patrimonio o derivados, atraen a inversionistas en busca de rendimientos a través de dividendos, flujos de ingresos o la apreciación del token.
En este artículo, veremos la importancia de distinguir entre dos categorías de tokens: los utility tokens y los security tokens, explorando sus diferencias cruciales que afectan tanto a su propósito como a las regulaciones que los rigen.
Operando como representaciones digitales de activos financieros en una cadena de bloques, los security tokens se diferencian de los utility tokens al estar sujetos a regulaciones financieras y representar valores tradicionales como acciones, deuda o derivados.
Los inversionistas adquieren security tokens con la expectativa de obtener beneficios económicos futuros, como dividendos o apreciación del valor del token. Dada su naturaleza financiera, están sometidos a un estricto marco regulatorio y a menudo operan en mercados financieros.
Aquí es donde el concepto de contrato de inversión entra en juego. Al adquirir security tokens, los inversionistas, de hecho, formalizan un acuerdo mediante el cual anticipan rendimientos económicos.
El avance de Web3, la próxima iteración de la web, marca un hito en la forma en que comprendemos propiedad, autonomía digital e interacciones en línea. Algunas ventajas de los security tokens incluyen que:
En el epicentro de esta revolución se encuentran los tokens, unidades de cuenta altamente versátiles que impulsan una multitud de proyectos dentro del ecosistema blockchain.
Los utility tokens, un subtipo de criptoactivos, operan en una blockchain específica y representan un producto o servicio con costo económico. Su función principal es habilitar el acceso a diferentes derechos de uso en una plataforma, como una Dapp.
Estos tokens solo son operativos dentro de un grupo o segmento determinado de personas y se asemejan a las monedas de un arcade de videojuegos.
Su valor radica en la experiencia que brindan y no en su potencial de reventa o inversión. Los inversionistas no buscan obtener ganancias económicas futuras, sino utilizar el token para interactuar con la plataforma. Debido a su naturaleza, los utility tokens no están sujetos a regulaciones estrictas y brindan una mayor flexibilidad en su uso.
La distinción principal entre security tokens y utility tokens radica en su propósito y regulación. Los utility tokens están diseñados para facilitar el acceso y la interacción dentro de plataformas específicas, como aplicaciones descentralizadas (Dapps).
Su valor proviene de la utilidad que brindan en el ecosistema y no están destinados principalmente a la inversión.
En cambio, los security tokens representan activos financieros y están sujetos a regulaciones financieras más estrictas, ya que los inversores esperan ganancias económicas a través de dividendos o apreciación del valor.
Es clave que un proyecto con base en blockchain y Web3 defina desde sus inicios su estrategia legal con la finalidad de no infringir regulaciones, recibir multas o penas graves para los miembros y hasta el bloqueo del proyecto.
El lanzamiento de un token no es una decisión menor y se debe conocer en detalle si el mismo puede ser catalogado como un security o utility token según sus características (definidas en el Test de Howey) para cumplir con las regulaciones locales.
Ahora puedes aprender sobre clasificación de tokens y definición de una estrategia legal para que tu proyecto Web3 sea exitoso, o para entender cuan viable es una solución o negocio en blockchain desde el punto de vista regulatorio.
Para finalizar, los tokens en el ecosistema Web3 son un componente esencial de la revolución digital actual. La distinción entre utility tokens y security tokens es crucial para comprender su propósito y las regulaciones que los rodean.
En este mundo en constante evolución, la claridad y el respeto por las regulaciones existentes, respaldados por un sólido contrato de inversión, serán clave para un futuro exitoso en Web3.
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