Hace unos años, durante mi época como diseñador de prensa diaria me enfrenté a un gran reto profesional, al menos para mi yo de entonces. Mi puesto era el segundo de a bordo de la sección de diseño de un periódico local. Un día que mi jefe estaba de vacaciones, fuera de la ciudad incluso, ocurrió un grave accidente en la obra más importante a nivel regional, una carretera. Fue un hecho muy grave, con víctimas mortales y repercusión nacional e incluso internacional, pues la mayorías de las víctimas eran de un país vecino. En aquel tiempo eramos un periódico joven, nosotros también eramos muy jóvenes y por tanto nuestra experiencia era limitada. Resumiendo, dimos todo lo mejor, trabajamos y pusimos mucha atención al detalle, planificamos, distribuimos el trabajo y realmente funcionamos como un verdadero equipo, contrareloj y con sobrecarga de trabajo. El resultado fue bastante bueno y conseguí que todo mi equipo fuera parte del éxito, de hecho lo fue hasta tal punto que al día siguiente el subdirector, con quién más estrechamente trabajé durante la crisis, me llamó a su despacho para felicitarme a mi y al equipo. Me llegó a confesar que cuando todo ocurrió desconfió de nuestro buen saber hacer y temió por el resultado, pero finalmente se calló sus temores y nos dió un voto de confianza. Yo le agradecí la confianza y la apuesta que le supuso seguir adelante con nosotros y le pedí que en la tarde, cuando todo el equipo estuviera en la redacción, les agradeciera personalmente el trabajo bien hecho, y así lo hizo.
He de reconocer que en aquel tiempo apliqué de manera casi inconsciente muchas de las enseñanzas de este curso:
Con este curso me he dado cuenta que sin muchas de estas habilidades, las habilidades técnicas no serían suficiente para llegar al éxito. También he reformulado la definición misma de éxito.
Sin duda revisaré más de una vez todos los apuntes tomados y enseñanzas de este curso. Muy recomendable.
Muchas gracias Ana