Creo que el reto más grande al que me he enfrentado como líder ha sido motivar y no morir en el intento, además de, confiar en las capacidades de los demás.
Considero que los tienen en común que implican contar con el otro, creer en el otro y hacer lo posible para “mover” sus fibras, por lo que, la complejidad aumenta porque no solo depende de mí sino de las creencias, motivaciones y objetivos de los demás. Ahí está el reto, en conectar con él, servirle y responsabilizarle según las capacidades y habilidades que tenga desarrolladas.
El curso me ha entregado múltiples herramientas para desarrollarlo, por ejemplo, el reconocer las cualidades de los demás, antes de cualquier otra cosa, dar feedback y la escucha activa.