Al iniciar nuestra jornada laboral, es oportuno tener ese primer espacio, esa primera instancia para escuchar al equipo y dictar las pautas de lo que será la jornada laboral.
A muchas personas no les gusta la palabra briefing ya que puede sonar muy técnica y podría alejarse un poco de la intención humana de fondo, por lo que en algunos ámbitos se suelen utilizar otros nombres como diálogo inicial o conversación pre-jornada, etc.
El briefing es ese momento antes de, donde se reune el equipo y se comparte el estado anímico de las personas. El líder suele tomar la batuta y preguntar al resto del equipo si todo se encuentra bien en casa o si algún tema en particular los afecta, claro está, si la persona quiere compartirlo. No podemos obligarla.
Aquí es importante la comunicación asertiva y la empatía.
Una vez cerciorados de que todo está bien, se empieza a delinear lo que será la jornada laboral. Información relevante, delegación de roles, tiempos, etc.
Se pueden hacer preguntas y aclarar dudas. Se deben escuchar las inquietudes de los colaboradores de manera atenta y responder francamente.
Al final del día, se concluirá la jornada laboral con un diálogo final dónde se revisará si se cumplió con lo pactado en el briefing y el no cumplimiento de ello, puede ser tomado como base para dar feedback positivo.